Adrián Barbón, llamado en su día el "Obama español" por su elocuencia, dijo finalmente sí. Será el candidato del PSOE a la Presidencia del Principado. No era ésta su primera intención. Ni de lejos. Ni tampoco de su círculo más íntimo. Barbón prefería seguir al frente de la FSA e intentar coser las profundas heridas internas, mientras otro candidato bregaba con el Gobierno regional. Eso que se llama bicefalia y que ahora no había al sustentar Javier Fernández los dos cargos. Pero llegó Pedro Sánchez y le señaló con su dedo: Quién mejor que tú, Barbón... Y las posibilidades de mantener el plan original se esfumaron. El jueves, en Gijón, hubo fumata de puño y rosa. Los críticos, dubitativos y temerosos ante una más que probable derrota en unas primarias, prefieren sumarse a la corriente ganadora. O a esperar el resultado de las elecciones autonómicas del próximo año. Por si después de Obama hay un Trump.