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Presidentel del Montepío de la Minería

La residencia, un centro socio-sanitario abierto

El presidente del Montepío de la Minería defiende la actividad del geriátrico de Felechosa y rechaza la competencia desleal

El Grupo Montepío y Mutualidad de la Minería Asturiana, al hilo de la absurda polémica generada estos días en el Alto Aller, su comarca y Asturias, por la falsa e insidiosa acusación de que la Residencia de Mayores SPA de Felechosa ha podido funcionar como instalación turística, y una vez ya se han pronunciado todas las partes, debe puntualizar:

Primero, el proyecto de la Residencia de Mayores de Felechosa supone para la actual dirección del Montepío un reto de enorme envergadura por las dificultades ya sabidas que ha tenido que superar desde 2015, con un proyecto financiado por fondos mineros, con una deuda arrastrada de la última fase de obra y que acumulaba importantes pérdidas en un momento de máxima dificultad por la crisis económica general y la propia estructural que sufre el territorio minero y que golpea en particular a su público diana. Todo ello nos ha obligado a elaborar y poner en marcha un Plan Estratégico y de Viabilidad que ha dado afortunadamente sus frutos en estos tres últimos años, con dos ejercicios en positivo y la creación de nuevos puestos de trabajo.

Segundo, el Plan Estratégico y de Viabilidad, además de ser una necesidad para poder dar un futuro a un proyecto de elevado compromiso territorial, fue explicado y consensuado a todas las partes y agentes sociales relacionados con la Residencia, especialmente al Ministerio de Industria, Gobierno del Principado y a las entidades implicadas en la zona: ayuntamientos, asociaciones y colectivos, sector empresarial, emprendedores, hotelería y hostelería.

Tercero, para dar vida al enorme proyecto de infraestructura acometido era fundamental desarrollar un proyecto socio-sanitario moderno y con altura de miras, que enlazase con las políticas europeas más avanzadas en el campo geriátrico y asistencial, poniendo en valor la ubicación de alto valor ambiental y sus posibilidades a la hora de desarrollar programas de diverso calado, de envejecimiento activo, intergeneracionales y de comunidad abierta, para que el colectivo de residentes mayores y sus familias tuvieran una conexión constante con el mundo y en especial con la población local, favoreciendo el intercambio de experiencias y aportando servicio al entorno.

Cuarto, paralelamente, se han ido potenciando todos los servicios socio-sanitarios del centro con especialistas. Así, nacieron las unidades de discapacidad (como centro homologado y acreditado por el Principado para trabajar con grupos sensibles y alta vulnerabilidad), y las unidades de nutrición y psicología, enfermería y logopedia (y que se sumaron al resto, fisioterapia, ocupacional?), que se pusieron además al servicio de los familiares y de la propia comunidad, prestando a la zona rural del Alto Aller un servicio que supone sin duda un plus.

Quinto, desarrollado este proyecto en estos tres años, con el apoyo explícito del Comité de Empresa (90 puestos de trabajo, la mayoría residentes en la zona), recientemente renovado con un comunicado, y de la Asociación y colectivos vecinales, que hace pocos meses se manifestaron en Felechosa a favor de este proyecto bajo un lema de rotundo apoyo a la actividad económica de la Residencia "condenen a los culpables, no castiguen al pueblo", nos encontramos con incomprensibles resistencias en un sector muy concreto del empresariado y la hotelería del Alto Aller, que parece o bien que no ha entendido el proyecto sociosanitario que presentamos o que no está de acuerdo con el mismo.

Sexto, por tanto, emplazamos a ese sector a que si el problema es que aun realmente no conocen bien el proyecto de la Residencia de Felechosa, muy probablemente por un fallo nuestro en la comunicación y explicación del mismo, estamos abiertos a mantener un encuentro y explicar punto por punto toda esta actividad. Pero si realmente después de todo lo expuesto, este sector concreto considera ciertamente que la Residencia influye negativamente en el territorio y en su ámbito turístico, y por tanto no se reconoce nuestra contribución a la generación de actividad económica de la zona y ser soporte de emprendedores y proveedores locales entonces no veremos obligados a replantear el proyecto, al menos en la parte de relación y colaboración que veníamos desarrollando con ellos hasta ahora.

Finalmente, insistimos: La Residencia jamás ha realizado ningún ingreso ni servicio que pudiera ser catalogado como turístico ni relacionado con el turismo de nieve o similares, ni con el acogimiento de los equipos ciclistas juveniles (una ayuda puntual a los organizadores de una prueba deportiva y que lejos de suponer ingresos, costó cerca de 5.000 euros a nuestras arcas y aportó a Felechosa y Aller la salida de una etapa de esta prueba internacional) ni con los grupos de discapacidad, que visitan nuestra unidad especializada en el ámbito socio-sanitario y que su funcionamiento, como el de los programas intergeneracionales, lejos de restar, han venido a aportar ingresos económicos para el resto del valle.

Con el fin de que esta exposición sea lo más documentado posible, repasamos lo que a día de hoy supone la relación de la Residencia en comunidad abierta con el Alto Aller, un proyecto similar al que están desarrollando en Europa otros complejos gerontológicos de parecidas características.

La Residencia de Felechosa está autorizada y registrada como centro socio-sanitario y presta servicio a la comunidad en sus unidades enfermería, podología y logopedia. Además, actúa como centro de mayores en comunidad abierta, con lo que favorece social y psicológicamente la vida de nuestros residentes, propiciando espacios de conexión con el mundo y de intercambio intergeneracional.

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