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Mario Antuña

Siete leguas

Mario Antuña

El bable, cuestión de clase

Fue mentar la cooficialidad del asturiano y abrirse nuestra particular caja de Pandora: que si ye aldeano, que si divide a los asturianos, que si va a ayudar a atraer inversiones, que si va a costar votos, que si va a perjudicar al turismo, que cuánto nos va a costar y de dónde vamos a retirar dinero, que hay muchos bables y esto va a ser un lío del carajo... La única verdad de todas estas quejas es que los asturianos tenemos una capacidad innata para despreciar lo nuestro. ¿Acaso los gallegos, una comunidad tradicionalmente popular (en la que Fraga recomendó a Rajoy que se fuera a Madrid, se casara y aprendiera gallego), han perdido turistas, inversiones o han disparado sus gastos por el gallego? ¿Les ha pasado a los vascos con el euskera? ¿A los catalanes con el catalán? Nunca he oído tales reproches salvo aquí. Y con el asturiano somos muy cazurros. Reconozco no saber asturiano, pero lo tengo como una lengua mía, un acervo cultural que no se puede perder. Lo demás, eso de que el bable ye aldeano, me suena a prejuicios clasistas.

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