Las bodas siempre acaban bien y, si son de la realeza, mejor aún. Al menos el seguro lo llevan firmado de origen, después ya se verá, Nada está garantizado ya. En la última boda de la familia real inglesa, a mi me sorprendió el vehículo que tenía a la puerta el príncipe y su esposa, después del ceremonial con el la casa real y el pueblo los agasajó.
Un ostentoso Jaguar eléctrico de color azul (ídem, eléctrico) que rodaba, lógicamente, silencioso por los alrededores de palacio. No era un simple híbrido y no tenía pinta de que se quedase sin batería a mitad de camino. Bueno, si se hubiese parado por casualidad, seguro que otro vehículo venía detrás de ellos a su rescate.
¿Lo han visto ustedes? Yo sí lo vi y hasta en Google viene fotografiado el "cochazo" en cuestión. ¿Sería un regalo de su abuela o de su padre? O del Lucero del Alba, ¡qué se yo¡ La cosa es que allí estaba el cochazo de Jaguar y la nueva pareja rodando en él. ¿Envidia? La mía es posible, y ¿la suya?
