Cuando en 2005 se concedió el premio Marino Gutiérrez a Jesús Bango (BRC), en reconocimiento a su labor de promoción, creación y desarrollo empresarial, el desaparecido Ramón Colao, presidente del jurado, mencionó a los fabricantes italianos de vehículos de competición "Norma y Osella" como modelo y ejemplo a imitar por el premiado en su desarrollo futuro. Esta imagen de que el "futuro ya está aquí" me vino a la cabeza en este momento tras los extraordinarios resultados conseguidos por Bango Racing Cars con su nuevo producto, el BRC BR-53, en las pruebas del Campeonato de Europa de Montaña ya disputadas de Col de St. Pierre en Francia, Rampa de Falperra en Portugal y en nuestra subida del europeo, El Fito, y las buenas expectativas para las pruebas a disputar en Alemania o República Checa entre otras, y donde compite en la misma categoría que los citados en aquel acto.
A finales del pasado año, BRC presentó lo que para muchos ha sido un salto de gigante dentro de los productos que lleva desarrollando en sus años de existencia. El BR-53 es un vehículo homologado por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), lo que le confiere una capacidad de utilización competitiva a nivel global.
Un producto de la tierra
Todo esto no tendría mayor importancia si no fuese porque BRC nace en nuestra tierra. Lo hace con el siglo XXI en ese semillero de emprendedores, muchos ya consolidados como empresarios, que se asentaron en el Polígono Industrial de Valnalón con el objeto de ser parte de la solución a la reconversión del sector minero y además BRC es fruto de algo no muy frecuente en nuestro entorno, un trabajo de equipo con el claro liderazgo de Jesús Bango, su creador.
Hablar de Jesús Bango, creador del BR-53 y alma mater de Bango Racing Cars (BRC), es cuanto menos complicado pues concurren en él rasgos poco frecuentes en el empresario convencional poniendo por bandera el ingenio, la intuición y el desarrollo continuo. BRC impone su filosofía de "siempre se puede hacer mejor", con la clara determinación de que el futuro sea su próximo destino. Conceptos tan en boga actualmente como I+D+I, quedan un poco caducos en la cabeza de Jesús Bango en el que su libertad creadora tan solo se ve coartada por el respeto debido a la legalidad reglamentaria. Pero el liderazgo que ejerce Jesús Bango desde su humildad va un poco más allá. El BRC BR-53 es el fruto de su creatividad, aderezado con el descubrimiento y la puesta en valor de virtudes que se creían desaparecidas en instituciones como la Universidad de Oviedo, colaborador desde sus inicios, el apoyo del Ayuntamiento de Langreo, en su papel de coordinador de los recursos de nuestro concejo y el soporte incondicional de empresas de su entorno geográfico más cercano en el desarrollo o patrocinio de sus productos poniendo de manifiesto el carácter solidario y colaborador de los mismos.
Pero es en el objetivo final, el deportivo, donde esta empresa langreana y en estos momentos su BR-53, ejerce un liderazgo total. El Campeonato de España en varias categorías y el ya mencionado anteriormente Campeonato de Europa están en manos de pilotos que llevan productos fabricados aquí, en Langreo, por Bango Racing Cars. Es en este apartado deportivo donde también lo nuestro se pone en valor y así Langreo Motor Club es el encargado de dar soporte deportivo a las participaciones de BRC. Este binomio ha conseguido ilusionar, con su proyecto deportivo desde hace años, a un piloto de la experiencia de Javier Villa que cuenta, a parte de su valía deportiva, con la capacidad de transmitir y comunicar sus sensaciones al fabricante para darles solución en ese desarrollo continuo ya comentado.
Fruto de este camino, de este saber asumir riesgos, de este coraje en la lucha del día a día por seguir escribiendo su futuro, es el nuevo BR-53. Este es el resultado del pensamiento creativo de Jesús Bango materializado en un vehículo que pone en manos de los pilotos con el fin de estimular su rendimiento en la búsqueda de sus propios límites.
Todos estos argumentos son los que me llevan a ser optimista porque el futuro también se está escribiendo aquí, en Langreo, gracias al trabajo y esfuerzo de nuestra gente, muchas veces no conocidos, ni reconocidos por nosotros mismos.
