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Premio "Príncipe de Asturias" de las Letras

John Banville: "Benjamin Black es el artesano, pero estoy satisfecho de que se le reconozca"

"En Irlanda hay una gran tradición literaria detrás, a veces no resulta fácil escribir a la sombra de ciertos gigantes"

El día en que John Banville recibió la noticia del Premio Príncipe de Asturias de las Letras, los 800 esqueletos de recién nacidos descubiertos en la ciudad de Tuam dejaron a la intemperie el pasado más negro de Irlanda. Los huesos fueron desenterrados en un antiguo convento católico de la localidad que entre 1925 y 1961 acogió a mujeres que se quedaban embarazadas fuera del matrimonio.

La historia, como sucede en El secreto de Christine, bien podría servir una vez más de trasfondo de alguna de las novelas negras que tienen de protagonistas al forense Quirke y al Dublín de mediados de los cincuenta. Un tiempo oscuro y de culpa, de cigarrillos y secretos profundos, ideal para la intriga, que diría el propio Banville.

El autor irlandés, ganador, entre otros, del Booker y del Kafka, premio literario que sitúan en la antesala del Nobel, suele comentar con esa percepción tan irlandesa de la vida y los negocios que el periodismo le permitió dedicarse a la literatura sin las prisas por escribir un best seller. Banville llegó a ser subdirector de "The Irish Press", más tarde pasó a "The Irish Times" y sigue colaborando activamente con la prensa, además de la crítica literaria que ejerce en "The New York Review of Books".

La segunda de estas publicaciones, el Times, daba ayer la noticia del nuevo premio Príncipe titulando de la siguiente manera en sus páginas de cultura de la edición digital: "John Banville es el primer autor irlandés en ganar los 50.000 euros del premio de Asturias". No es necesario explicar las escasas posibilidades de que el dinero estuviese aparejado a un premio de estas características en un titular de un periódico español.

El jurado del Premio Príncipe de Asturias de las Letras anunció ayer que la distinción recaía en el escritor irlandés, resaltando sus dos vertientes: la que corresponde al depurado novelista y la, que por otro lado, convive con ella, la del autor de novelas negras capaz de recrear como nadie ha hecho el sórdido Dublín de mediados del siglo pasado y que, en última instancia, ha tenido el valor de enfrentarse a uno de los estereotipos más famosos de la literatura criminal de todos los tiempos: Philip Marlowe.

-El jurado ha considerado que el Premio Príncipe de las Letras se otorga a John Banville pero también a su alter ego Benjamin Black. ¿Hablamos de una sociedad indisoluble?

- Sí. Black es para mí el artesano. Banville es el artista. Son diferentes papeles los suyos. Pero estoy satisfecho del reconocimiento que se le hace al primero.

-Parece como si inicialmente hubiera querido trazar una línea entre estilo y trama. Entre Banville y Black. Pero el último tiene, a mi juicio, un estilo perfecto. ¿Se acercan?

-Bueno. Se trata de diferentes artilugios. Black es el artesano, también intenta ser artista pero no siempre es lo mismo.

-En último caso ¿qué es lo más difícil de pulir en un escritor de sus características, el estilo o la trama?

-La trama es lo que te ayuda a construir y a contar las historias, por tanto requiere un esfuerzo. El estilo hay que trabajarlo, porque se trata del lenguaje y ése es el vehículo.

-¿Está satisfecho del homenaje que le hizo a Marlowe con "La rubia de ojos negros"? ¿Le han buscado los seguidores de Raymond Chandler para dispararle?

-¿Se refiere a si los seguidores de Marlowe están o no orgullosos del libro?

-¿Está orgulloso Black?

-Yo he disfrutado mucho recreando a Marlowe. Pero Chandler es un reto para un escritor irlandés. No lo repetiré de nuevo, se acabó.

-Joyce, Beckett, etcétera. Dada la tradición literaria de su país, ¿ser un escritor irlandés obliga a una mayor responsabilidad?

-Sí, tenemos una gran tradición literaria detrás, James Joyce, Samuel Beckett. Ellos eran grandes escritores, yo no aspiro a tanto, por supuesto, pero a veces verdaderamente resulta difícil trabajar en la sombra de ciertos gigantes.

"Los periódicos volverán; de momento hay una fascinación por los nuevos juguetes"

-En sus novelas, digamos, más literarias se nota una influencia de Nabokov, posiblemente en aquellas donde se percibe mayor frialdad. ¿Puede deberse a esa relación entre la imaginación y la realidad característica en ambos?

-La imaginación hace la realidad. La imaginación es una de las más grandes facultades, permite moldear a muchos de los seres humanos. Por eso adquiere tanto poder y es tan importante.

-¿Quirke, protagonista de algunas de sus novelas negras, entraría en una de sus depresiones con la situación que se vive ahora en Irlanda? Me refiero a la economía, a la crisis...

-Existen muchos tipos de crisis, en lo que se refiere a la económica nunca sabemos qué sucederá más adelante. Pero se trata de una cuestión de dinero, después de todo...

-Es periodista. Ha trabajado en periódicos y sigue escribiendo en ellos. ¿Qué opina del futuro del periodismo?

-Los periódicos atraviesan una situación difícil en la actualidad. Pero yo creo que los periódicos de papel volverán. Vivimos un momento en el que la gente está fascinada por los nuevos juguetes, miniordenadores, aparatos, "mass media", etcétera, pero yo confío en que este tipo de cosas cambie como cambian las modas. No será fácil, pero yo creo que los periódicos volverán. Al menos eso espero.

-¿Tiene predilección por algún escritor español?

-No específicamente, sin embargo la cultura española ha estado en continua evolución desde Cervantes. De alguna manera se puede decir que fue él quien inventó la novela. Obviamente, la ficción española tiene una gran fortaleza y en España hay muy buenos escritores.

-¿En qué anda metido ahora? ¿En qué novela está trabajando?

-He terminado una de las de John Banville y en estos momentos ya estoy centrando la atención en una nueva novela negra.

De manera que volverá el escritor artesano, como el propio Banville ha dicho de su alter ego con la sorna que le caracteriza, "un tipo con talento para la ficción barata". Y con él, el tiempo oscuro y los secretos profundos.

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