La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un cancionero literario musical para Asturias

Los primeros balbuceos de las letras españolas en las canciones recopiladas por Joaquín Pixán y Antonio Gamoneda

Un cancionero literario musical para Asturias

El cancionero que LA NUEVA ESPAÑA acaba de publicar de la mano de Joaquín Pixán y Antonio Gamoneda hunde sus raíces en los albores de los primeros balbuceos de la literatura española. Para comprender la dimensión de este proyecto es necesario esbozar, aunque sea muy brevemente, el contexto histórico en el que se inserta. Hemos de retrotraernos a los tiempos medievales y de nuestro Siglo de Oro. Dos épocas cuya singularidad literaria afectaba tanto a los autores como a los destinatarios. Una gran parte de la creación literaria de estas dos épocas no estaba destinada a la lectura, dado que el índice de analfabetismo era muy elevado y las copias muy escasas debido a la carestía del pergamino o de las primeras publicaciones de la imprenta. Su transmisión se hacía por medio de declamaciones en la plaza pública o en los salones palatinos, de manera muy especial por medio de la música. Música y literatura mantuvieron una relación muy estrecha en la Edad Media y en Siglo de Oro. Dentro de los distintos géneros literarios la poesía lírica fue la que ocupó de manera muy generalizada la atención de la música. Las jarchas mozárabes, las cantigas de la lírica galaico portuguesa, el villancico amoroso castellano, los romances y buena parte de las composiciones poéticas de los trovadores catalanes se difundieron a través de cantautores que recibían distintas denominaciones según las regiones: los segreles en Galicia, los juglares en Castilla y los trovadores en Cataluña. En las universidades de toda Europa se interpretaba una literatura musical en latín, los "Carmina Burana" a cargo de los así llamados goliardos. Las partituras de estos cantautores se fueron depositando en las bibliotecas palatinas y episcopales. Así se formaron los famosos cancioneros galaico-portugueses de Ajuda, de la Vaticana y de Clocci -Brancutti. Fue la primera experiencia -siglo XIII- en la Península de un cancionero musical

Castilla retrasó esta experiencia literario-musical. El llamado Cancionero de Baena no aparecerá hasta finales del siglo XIV. Pero estas compilaciones pronto se incrementarán a lo largo de los siglos XV y XVI. Es la época de los grandes cancioneros literario-musicales: Cancionero musical de Palacio, Cancionero de la Colombina, Cancionero de Upsala y un largo etcétera. Asenjo Barbieri puso en orden este legado literario musical en la llamada poesía cancioneril. Estos son los cimientos de los numerosos cancioneros que proliferan en los siglos siguientes. Entre todos ellos hay que destacar a Eduardo Martínez Torner quien ocupa un lugar muy destacado en la dignificación no solo del cancionero musical asturiano sino de la primitiva lírica musical en la península. Jesús López, salense, realizó una investigación ejemplar sobre el romancero asturiano con la transcripción musical de sus informantes. Música y poesía vivieron así durante siglos en perfecta armonía.

Esta concomitancia entre música y poesía habría de condicionar la pedagogía en la enseñanza de la literatura de aquel lejano ayer. Muchas fueron las sesiones literario-musicales que compartí con mis alumnos; muchas fueron las aportaciones de mis colegas del departamento de musicología de nuestra universidad, primera célula de la especialidad de musicología en España.

Esta es, muy en resumen, la tradición en la que se enmarca Tentativa de un cancionero Asturiano para el Siglo XXI de Joaquín Pixán y Antonio Gamoneda. El aperturismo de nuestros autores acoge en este cancionero canciones originales de los cancioneros anteriormente referidos (p. e. "Ena fuente del Rosel") y también de otros autores que forman parte del canon literario castellano vertidos a nuestra lengua. Por todo ello, no es una tentativa. Es un gran logro. En el prólogo Joaquín Pixán pone los criterios y los límites de sus innovaciones en la canción tradicional. Son, en buena medida, los mismos criterios que Ramón Menéndez Pidal, el gran maestro de la filología hispánica, proponía cuando hablaba de la canción tradicional: es aquella que es considerada como patrimonio común de la colectividad; el pueblo la recibe como suya y por eso la cambia constantemente. Esas modificaciones no son anárquicas. Pidal utilizará una expresión muy plástica: "el río canta siempre la misma música, pero con distinta agua". Eso es lo que hace Pixán con la canción tradicional asturiana, la tonada: "acrecentar su calidad sin desvincularse de la tradición". Su timbre de voz modulada, sus registros sonoros tanto de graves como de agudos, las cadencias y modulaciones, a modo de melismas, de este género musical son ejecutadas con un sello personal inconfundible que le convierte - ya lo había demostrados hace muchos años - en el gran embajador de nuestra música tradicional asturiana.. Los textos en lengua asturiana de Antonio Gamoneda dan a este cancionero un intimismo lírico, propio de quien es considerado uno de nuestros mejores poetas actuales; la lírica es sin duda el género literario más adecuado para expresar los sentimientos más íntimos del ser humano en los esquemas lingüísticos de nuestra región. Una lengua asturiana que Gamoneda sublima en sus versos con una belleza estética con la que cualquier asturiano se sentirá identificado y descubrirá un placer estético que nace de lo más hondo de la esencia de lo asturiano. El poeta asturiano, residente en León, nos traza la senda por donde ha de discurrir la revalorización y dignificación de la lengua asturiana. Quisiera resaltar asimismo el papel que tiene el acompañamiento de distintos instrumentos: piano, órgano, chelo, gaita y ¡el acordeón! Un solo instrumento, como la gaita, resultaría excesivamente monótono; la variedad instrumental del acompañamiento da una sonoridad más amena y receptiva para el oyente. Particular admiración siento por el acordeón, un instrumento muy popular en Asturias, de manera especial en la zona occidental. Los nuevos acordeones con el llamado bassetti, es decir, con los bajos libres, permiten interpretar corales y fugas de nuestros autores clásicos, como Johan Sebastian Bach. El acordeón no es un instrumento callejero. Es necesario dignificarlo. Su inclusión en este cancionero fue para mí muy gratificante por el carácter reivindicativo que ello significa.

En resumen, "Tentativa de un Cancionero Asturiano para el siglo XXI" es el último eslabón de una larga cadena que se remonta a los cancioneros medievales y de nuestro Siglo de Oro. Un proyecto que dignifica, desde dentro, una parte muy importante de la cultura asturiana. Un ejemplo que pudiera aplicarse a otras áreas de nuestra región. Me dice con frecuencia un renombrado catedrático de economía, también salense, a quien saludo siempre con el apelativo horaciano de "animae dimidium meae", que los productos asturianos nunca pueden renunciar a la impronta tradicional. Esto es lo que han hecho Joaquín Pixán y Antonio Gamoneda. Versos para escuchar en esquemas musicales asturianos y versos para leer. Literatura y música en perfecta armonía. Una muy cuidada grabación a la que acompaña un lujoso folleto con breves glosas explicativas de cada canción, todo ello contribuye al deleite de amar lo asturiano.

Compartir el artículo

stats