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Los versos del ciudadano Óscar Hann

El poeta chileno recibió el premio Loewe por Los espejos comunicantes

A medio camino entre Estados Unidos y su Chile natal guardando palabras como billetes de avión, Oscar Hann (Iquique, 1938) vive con pasmosa naturalidad la poesía. Los espejos comunicantes, su última obra, que consiguió el premio Loewe el pasado año, no posee un propósito preconcebido, según su autor. "Nunca escribo un libro con un propósito predeterminado. Los poemas me van saliendo uno tras otro y en algún momento dejan de salir. Entonces ya sé que tengo un libro. Puedo darme cuenta a posteriori, como cualquier lector, si hay alguna idea central que lo rige, pero eso es todo". Hay en su poemario un estado de alerta permanente del poeta que se siente ciudadano, y a la inversa. "Siempre trato de no hacer declaraciones generales sobre la poesía como género y por lo tanto nunca le doy normas a los demás acerca . Hay un sector de mi poesía que realmente es representativa de mis preocupaciones o convicciones como ciudadano que vive en el mundo actual", afirma. En sus versos late una preocupación velada de dar testimonio de acontecimientos y personajes históricos, la historia como un argumento inacabado. "Los temas y personas históricas simplemente afloran en mis poemas como por su cuenta. No elijo racionalmente, como tampoco elijo con qué o con quienes voy a soñar esta noche. Están en algún lugar de mi mente y de pronto emergen en el poema. ¿Por qué salen unos y otros no? He ahí el misterio". Valora que el tono lírico no esté exento de un toque de ironía o humor, ácidas gotas cuidadosamente administradas que se vierten sobre el texto con efectos colaterales. Explica que "el tono sale solo. Si una persona tiene miedo y habla en un tono miedoso, no es porque haya decidido hablar así. Le viene de adentro. A mí me pasa lo mismo".

En la poesía de Óscar Hann el sexo tiene una presencia nada disimulada."El libro mío más ligado al erotismo es Mal de amor. Fue el único libro de poemas prohibido por la dictadura de Pinochet. Es curioso, por decir lo menos, ya que no es un libro político.El erotismo cuando más sutil más eficaz es. Hay que dejar espacios a la imaginación".

El vínculo poético entre España y América Latina "es una relación difícil, que ha tenido muchos altibajos. Fue muy buena en los años de la Generación del 27. Poetas como García Lorca, Alberti, o Pedro Salinas, y más adelante Miguel Hernández, eran muy populares en Latinoamérica y muy influyentes. Después se empezó a producir un distanciamiento que no ha parado. El desconocimiento que hay en Chile de la cultura europea de los años cincuenta y posterior es muy notorio. En cambio en España no es así con los poetas hispanoamericanos de este mismo periodo. Siento que los españoles han sido más generosos". El poder magnético de Chile para aportar algunos de los creadores más lúcidos de la historia de la poesía y ese peso de su tradición que se renueva cíclicamente con vigor y celeridad resulta para Hann "algo inexplicable. Chile es un país bastante complicado para ser poeta. Hay nombres demasiado grandes para un país tan pequeño. Nada menos que dos premios Nobel y varios candidatos a serlo. Esos poetas, paradójicamente, han tenido una influencia al revés. Todos tratan de no escribir como ellos".

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