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Poesía

La nueva poesía asturiana (en castellano)

Siete mundos, antología preparada por Pablo Núñez y Carlos Iglesias, presenta a autores menores de 30 años que empiezan a destacar en el panorama español

La nueva poesía asturiana (en castellano)

Pensaba estos días, dándole vueltas a Siete mundos. Selección de nueva poesía, el trabajo que tan cuidadosamente Pablo Núñez y Carlos Iglesias han preparado para la editorial Impronta, que, pese a los muchos detractores que tienen este tipo de obras (autores que, generalmente, no salen en ellas, todo hay que decirlo), no hay manera de prescindir de las antologías. Uno podría llevarse una bien seleccionada decena de estos volúmenes a una isla desierta y asegurarse para el resto de sus días un más o menos exacto florilegio de la mejor poesía española de todos los tiempos, por no salirnos de nuestra literatura. Aun en las peores y más descabaladas selecciones de este tipo (y un par de ellas se citan en el libro que aquí comentamos), podemos encontrar alguna página grata que nos compense por el dinero invertido en el libro y por el tiempo empleado en su lectura. Soy un firme defensor de las antologías. Veo en ellas, cuando están bien traídas, útiles brújulas con las que orientarnos como lectores entre la mucha hojarasca pasada, presente y por llegar.

Una antología es una suerte de aventura literaria en la que una o más personas nos proponen embarcarnos en un viaje bajo un pretexto razonable y con una compañía que podemos conocer o no, depende, pero de la que esperamos algo interesante. La variedad de propuestas puede resultar abrumadora. Las que me interesan suelen estar razonadamente justificadas y deben colmar una expectativa aún sin cubrir. Siete mundos responde de manera satisfactoria a ese planteamiento. Pablo Núñez y Carlos Iglesias han querido ver qué pasa en la nueva poesía que se escribe en castellano en Asturias y "llamar la atención", son palabras suyas, sobre siete autores nacidos después del 1 de enero de 1984 y con obra publicada antes del 30 de junio de 2015.

Los poetas seleccionados son por orden de edad: Laura Casielles, Alba González Sanz, Rodrigo Olay, Diego Álvarez Miguel, Sara Torres, Raquel F. Menéndez y Xaime Martínez. Entre la mayor, Casielles, y el más joven, Martínez, siete años de diferencia. Aunque los antólogos defienden en su cala (así lo hace Pablo Núñez en el interesante trabajo con el que abrocha el libro, "Los poetas en las antologías: una panorámica contemporánea") el deseo de no ofrecer un "planteamiento generacional", optan en última instancia por no seleccionar a ningún autor nacido antes de 1984 ni después de 1998. Es decir, se decantan por incluir poetas que podrían tener hoy entre 31 y 17 años. Se quiera o no, esta acotación temporal condice con la periodización general formulada por Julián Marías en El método histórico de las generaciones y Literatura y generaciones, siguiendo a Petersen y a Ortega, su maestro, y rescatada con todos sus matices en Las voces y los ecos por García Martín.

Siete mundos es, pues, una antología de los poetas asturianos que escriben en castellano y que pertenecen a la generación que ha empezado a publicar y a darse a conocer desde 2008, cuando Laura Casielles publica su primer poemario, Soldado que huye. Fue editado por Hesperya, asociación importante en el desarrollo de la joven poesía asturiana y en cuya creación había participado, dos años antes, Alba González Sanz, también incluida en esta selección. Al ceñirse a la estricta cronología de la teoría generacional quedan fuera autores que bien podrían entrar en una obra como la que aquí reseñamos. Es el caso de los dos antólogos (Pablo Núñez nació en 1980 y Carlos Iglesias en 1983), además de otras muy interesantes voces nuevas: Sofía Castañón es de 1983, un año antes de la fecha elegida como límite inicial, y Alejandra Sirvent, de 1980. Dos ejemplos de poetas que escriben en castellano y asturiano y que sí tuvieron asiento, junto a Xaime Martínez, en la reciente antología que Antón García ha dedicado a dar cuenta de la poesía asturiana del siglo XXI, la posterior a Vannesa Gutiérrez, la poeta con la que han cerrado algunos de los últimos recuentos de poetas del Surdimientu.

Con ese criterio, discutible quizás (como casi todos) pero firme (los antólogos citan a algunos otros autores que podrían estar en la nómina elegida: del paraguayo afincado en Asturias Cristian David López a Sara A. Palicio, pasando por Miguel Floriano, Óscar Díaz o María García, galardonada con el "Gloria Fuertes" de Poesía Joven), los responsables de Siete mundos han levantado un mapa plausible de la más reciente poesía en castellano en Asturias. Si a los autores aquí elegidos sumamos la nómina confeccionada por Antón García en La prueba del once nos salen diecisiete poetas en total (como se ha dicho, Xaime Martínez figura en ambas antologías), una radiografía bastante completa de la joven poesía en el Principado, tanto en asturiano como en castellano.

Los contenidos de estas dos antologías confirman la viveza y pujanza de la poesía asturiana. Son evidentes a poco que se examine el periodo que va desde la muerte de Franco, en 1975, hasta ahora mismo. Es muy útil, en este sentido, el trabajo de Pablo Núñez al final de Siete mundos, donde documenta el trajín de recuentos y selecciones publicadas en Asturias desde los lejanos Trece poetas, de García Domínguez, y Muestra corregida y aumentada de la poesía en Asturias, de Ricardo Labra, hasta la más cercana Asturcones. Treinta y un poetas de Asturias, de David González. Constatamos en esas líneas, asimismo, la continuada presencia de poetas asturianos en bastantes de las más notables antologías de poesía española joven.

Conviene decirlo ya: son jóvenes poetas asturianos (ninguno de ellos ha cumplido aún los treinta años) que se presentan ante el lector sin declamaciones grupales. No estamos ante un conjunto cohesionado por unos mismos principios estéticos o por una lectura de la tradición voluntariamente compartida que les lleve a defender unas similares posiciones literarias. Basta leer las poéticas que cada uno de ellos escribe como pórtico de sus textos, así como el análisis crítico que Carlos Iglesias hace atinadamente en la introducción del libro, para darnos cuenta de la heterogeneidad estilística y temática que rige esta selección, aun cuando dos de los autores, Diego Álvarez Miguel y Xaime Martínez, intervinieran en la fundación de lo que han llamado "patarrealismo".

Vamos así de la preocupación por el otro de Casielles, a la indagación autobiográfica de González Sanz; del aparejamiento de tradición literaria y vida propia que logra Rodrigo Olay, al radicalismo expresivo y sorprendente de Sara Torres; de la dicción cuajada de imágenes de cuño irracionalista que cose la voz de los poemas de Raquel F. Menéndez, a la dicción clara, irónica en muchos pasajes, llena de guiños a la tradición clásica o a la condición posmoderna, en la que se mueven con soltura y voz reconocible Diego Álvarez Miguel y Xaime Martínez. Vamos, en fin, de una manera de ver el mundo a otra, hasta sumar siete; siete mundos en sesenta y seis poemas, si no he contado mal, que son otras tantas invitaciones a seguir las trayectorias de sus autores, poetas del presente que esperamos seguir leyendo en el futuro. Y además, como dijo Jaime Gil de Biedma, encarnan una de las pocas cosas importantes a las que se puede aspirar en esta vida: ser poetas jóvenes.

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