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¿Carroll o Dodgson?

En 1865, la editorial MacMillan publicó el libro Alicia en el País de las Maravillas, firmado por Lewis Carroll e ilustrado por John Tenniel. En 1871, apareció el segundo volumen con el título de A través del espejo y lo que Alicia encontró allí.

Quiero detenerme en el análisis de la personalidad del autor, cuyo verdadero nombre era Charles Lutwidge Dodgson (27 de enero de 1832 - 14 de enero de 1898), personalidad que ha sido objeto de suficientes estudios hasta la fecha, como para poder comprender que toda su vida se desenvolvió entre dos mundos antagónicos, entre dos personalidades que lucharon hasta el final : el adulto que era y el niño que no pudo ser. Puede afirmarse que al final de su vida- ya no quería que le llamaran Carroll - "la lucha del ego (Dodgson) con el alter ego (Carroll), se resolvió a favor del ego".

Hay que remontarse a la infancia para descubrir el origen del trauma que le hizo ser a la vez dubitativo y genial. Saber que su padre era un personaje enérgico y autoritario, de fuerte carácter, y su madre un persona excesivamente bondadosa y pusilánime. El padre influyó para que Charles -tímido, solitario, algo sordo y tartamudo- se hiciera clérigo y lo mantuvo bajo su yugo mientras vivió. Charles obedeció a regañadientes y dudó mucho antes de ordenarse, pero dado su espíritu independiente y abierto, se mantuvo en un precario equilibrio entre "la devoción y la rebelión filial".

O sea: el adulto Charles y el niño Lewis frente a frente de por vida. "La parte Dodgson -dice Rosa Montero- resultaba aburridísima: obsesivo, puritano, melindroso, petardo, sobón". Por el contrario, la parte Carroll resultaba distendida: prestidigitador aficionado, inventor de juegos, animador de tertulias, fotógrafo, fabulador...

Estas fuerzas se midieron también en el campo literario. En sus obras aparecen dos tipos de personajes: los autoritarios e insensibles del tipo rey- reina- padre- duquesa- oruga; y los incomprendidos, ensimismados y maltratados representados , entre otros, por Alicia o Bruno.

"Existieron dos países de las Maravillas- dice G.Balagué- :el de Carroll era un lugar inseguro e irracional poblado por excéntricos y regido por monarcas despóticos ; el de Dodgson era un país de hadas victoriano, donde las niñas paseaban desnudas su inocencia. La visión de Charles es genuinamente inquietante; la de Dodgson es únicamente espeluznante".

El ambiente lúgubre, hosco y provinciano de Oxford, entre clases de lógica matemática y sermones religiosos, le agobiaba y oprimía. Solo los paseos por el Támesis con las hermanas Liddell y su afición a fotografiar niñas actrices principalmente, le salvaban de una existencia mediocre ,anodina y posiblemente no deseada.

¿O fue, tal vez, esa vida en la frontera, en aquella sociedad represiva y conservadora, la que hizo salir a flote su ingenio creativo como medio de desquite?, afirma Rosa Montero. La dualidad de la que estamos hablando impregnó también su vida sexual. Permaneció soltero y con toda seguridad célibe toda su existencia, posiblemente porque su parte afectiva estaba dominada por su ego infantil, aunque su parte adulta le dictaba lo contrario.

Para muchos, Charles era un reprimido sexual, alguien que no había podido dar rienda suelta a su sexualidad adulta , no tanto por su condición de clérigo como por la represión y puritanismo de época que le tocó vivir. "Solterón remilgado y quisquilloso, excéntrico, sensual y asexuado, faltamente ambiguo, chistoso y servicial con las niñas" tal como lo define la argentina Graciela Montes, no se tienen noticias de que su amistad con las niñas de todas las edades(aunque finalizaban cuando llegaban a la adolescencia)- llegó a conocer a unas trescientas- haya ido mas allá de unas inocentes caricias. No obstante, en su diario se lamenta a menudo de ser un pecador impenitente y una de sus amistades infantiles ,ya de adulta, confesó que rompió sus relaciones con el autor cuando notó que algunos besos eran de índole sexual. "Hubo más de una madre - apunta G. Montes - que le negó la frecuentación de sus hijas".

En los dos libros sobre Alicia, pueden rastrearse alusiones eróticas bastante evidentes. En A través del espejo el autor se disfraza de un "Caballero Rojo" que persigue a Alicia con un garrote, y solo la conquista cuando se convierte en un "Caballero Blanco".

En Alicia en el País de las Maravillas se deja constancia de una sexualidad reprimida: "la madriguera del conejo al comienzo del libro; el énfasis en la comida y la bebida; el cambio de tamaño de Alicia ; su crecimiento hasta quedársele pequeña la casa del conejo, lo que casi provoca que esté a punto de estallar ; la explosiva expulsión de Bill el Lagartija a través de la chimenea de la casa ; las numerosas amenazas de decapitación" ?.

Es notoria su afición a fotografiar niñas desnudas o semidesnudas y en poses eróticos - se tienen noticias de más de cien - aunque siempre lo hacía cuando algún adulto estaba presente, tal vez para evitar el qué dirán o para no sucumbir a sus propios impulsos ocultos.

El desprecio a los varones se refleja bien en las líneas de esta carta que escribió a una pequeña amiga: "Todo mi cariño para ti; para tu madre muchos saludos; para tu gordo, impertinente e ignorante hermanito, mi odio".

"Toda su existencia transcurrió por dos caminos divergentes: Dodgson el clérigo, vestido siempre de negro hasta la barbilla, extremadamente conservador en todas sus manifestaciones religiosas o políticas, cursi y meapilas?.Y Carroll el genial y transgresor, amante de un arte de vanguardia como era entonces la fotografía, inconformista, absorto sobador de niñas pequeñas. Era, en fin, un perfecto representante de la dualidad, la represión y la hipocresía de la época victoriana : recordemos que Stevenson escribió su Dr. Jekyll y Mr. Hyde- una fábula que le va a Carroll pintiparada- en 1886, esto es, en pleno apogeo de la reina Victoria"(Rosa Montero).

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