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Luz en las tinieblas, pensamiento que atraviesa el abismo

La historia de Helen Keller, la primera persona sorda y ciega en obtener una licenciatura universitaria

Tal vez sea necesario ofrecer algunos datos biográficos para poder comprender el alcance de esta vida y esta obra y esta mujer que Winston Churchill definía como "la mujer más extraordinaria de nuestra época". Helen Keller sufrió una enfermedad que le provocó la pérdida total de la visión y el oído. La maestra Anne Sullivan se haría cargo de la pequeña de quien no se separaría hasta su muerte. Keller fue la primera persona sorda y ciega en obtener una licenciatura universitaria, escribió libros y artículos y su activismo la llevó a realizar numerosas conferencias por todo el mundo. En 1964 recibe la medalla Presidencial de la Libertad, concedida por el presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, y desde 1980, por orden del presidente Jimmy Carter, se conmemora oficialmente el día de su nacimiento. Pensadora, oradora, escritora, activista política, defensora de los derechos civiles, la liberación de la mujer y los derechos de los trabajadores y trabajadoras, mujer incansable, ejemplo y lección de vida magistral ("Puedo decir con convicción que la lucha que provoca el mal es una de las bendiciones más grandes. Nos hace hombres y mujeres fuertes, pacientes y serviciales. Nos deja penetrar en el alma de las cosas y nos enseña que, aunque el mundo está lleno de sufrimientos, también está lleno de maneras de superarlo. Por eso mi optimismo no se fundamenta en la ausencia del mal, sino en una fe alegre en la preponderancia del bien y en un esfuerzo voluntario para colaborar siempre con el bien, que hará que prevalezca"). Cabe destacar, en libros como éste, donde se acentúa la reflexión moral y el análisis de la realidad, su labor como educadora ("El resultado más importante de la educación es la tolerancia"), una educación que procede del alma misma, de la raíz por tanto, de los valores que sí hemos de tener en cuenta para aplicar en nuestras vidas ("La verdadera educación combina intelecto, belleza y bondad, y la mayor de todas ellas es la bondad. Cuando hacemos todo lo que podemos, nunca sabemos el milagro que se está produciendo en nuestra vida o en la vida de otra persona") y en nuestras relaciones con quienes nos rodean: "La tolerancia del espíritu es el primer principio de la comunidad; se trata del espíritu que conserva lo mejor de lo que piensan todos los hombres. Ninguna pérdida a causa de la inundación y el rayo, ninguna destrucción de ciudades y templos por las fuerzas hostiles de la naturaleza ha privado al hombre de tantas vidas e impulsos nobles como las que ha destruido la intolerancia". Cómo afrontar la luz desde la más absoluta sinceridad. Difícil salir indemne de esta lectura: "Nuestro destino es nuestra responsabilidad"

Hellen Keller nos habla desde el interior, desde el centro, el lugar en el que sólo el tacto puede mostrar pistas de todo cuanto nos rodea, por tanto la realidad se convierte en algo tangible ("A nuestro alrededor existe mucho valor para lo abstracto, pero no el suficiente para lo concreto, porque dejamos que se evaporen nuestras briznas diarias de valentía"), inalterable ante otros sentidos y sus contradicciones, el tacto confirma con el rigor de la materia: "Muchas personas que tienen ojos perfectos son ciegas en sus percepciones. Muchas personas que tienen oídos perfectos son emocionalmente sordas". Vida y obra se funden, también pensamiento, también lección de fortaleza, voluntad: "La derrota sólo es una señal para seguir adelante. Reforzado por la fe, el mortal más débil es más poderoso que el desastre". Hay algo más fuerte y más profundo que todo cuanto nos rodea y somos: "El espíritu, como el mar, es mayor que cualquier isla o continente de experiencias sensoriales dentro de sus aguas". Cuestión de fe, no necesariamente religiosa, fe en lo que habita en nuestro interior y cuya fuerza sentimos sólo en algunos breves instantes: "A menos que, como las lilas, podamos alzarnos puros y fuertes por encima de un entorno sórdido, probablemente seremos unos débiles morales en cualquier situación. A menos que podamos ayudar al mundo en que nos encontramos, no podremos ayudarlo cuando estemos en cualquier otro sitio. La cuestión más importante no es el tipo de entorno que tenemos, sino el tipo de pensamientos que elaboramos cada día, el tipo de ideales que seguimos; en una palabra, el tipo de hombres y mujeres que somos realmente. El proverbio árabe expresa una verdad admirable: 'Este es tu mundo, en el que te encuentras tú mismo'". Las lecturas que realmente te cambian la vida implican siempre un desafío y ésta es una de ellas.

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