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Cancionero del amor cotidiano

Cíngulo y estrella, el cuarto libro de poemas de Marta Sanz

Marta Sanz nos presenta ahora su cuarto libro de poemas en el que la autora indaga en la relación amorosa y los cuerpos que habitan en ella. Cancionero de celebración e indagación, de análisis del efecto del tiempo en los cuerpos y el hecho amoroso y poético, transcripción de este devenir que se va transformando, creciendo, ampliando y que con una naturalidad y espontaneidad admirables traslada la autora al poema.

La escritura se convierte en una parte de esa relación que se establece entre amantes y poema o palabra: "Mientras escribo de ti/ recupero el amor. / Si no, te olvido/ sin dejar de quererte. / Te quito o te pongo/ toda la importancia/ de esas cosas que ocurren sin que nos percatemos. / Aleves y sólidas. / Minuto a minuto. / Te olvido, / sin dejar de quererte." La palabra se convierte en herramienta de memoria, de fijar lo vivido en el papel, en algo corporal tal vez, un modo de expresarse del cuerpo a través de la manos que escriben, algo que forma parte de esta historia: "Pero dices que tu memoria es débil. / Pero dices que nada recuerdas hasta los quince años. / Pero dices que tienes una fecha borrada por efecto del alcohol y las pastillas. / Pero dices que tu vida empieza justo en el momento en que yo entré allí para quedarme. / Es muy posible/ que tengas razón."

La autora relata a través de una sensibilidad certera lo que el amante vive y siente: "El párpado es/ en el fondo/ tan delgado/ que toda luz/ lo traspasa. / Y también la oscuridad". Una voz que habla de una vida cotidiana sin drama pero sin temer a la realidad tal cual se muestra: "Después, sí, llega/ la vida sin trapos/ ni paños calientes". También ese modo de conocerse a través del cuerpo del otro, el amor como reflejo o instante o hallazgo o tal vez milagro en ese sentido: "Ella le tapa los ojos/ y los dos se olvidan/ de cómo se llaman" Ese milagro que crece: "Con los años parece/ que hubiésemos brotado/ de la misma bolsa./ Gemelar./ Nido de cuco. / La misma temperatura/ del líquido amniótico. / La postura perfecta/ para no molestarse. / Y para darse calor".

Y un posible decálogo de principios de una relación que todos y todas conocemos o hemos vivido pero de la que no hemos escuchado hablar tan claro: "Nosotros no tenemos/ catálogo de ocasos. / Sólo: / abrebotellas, / cenicero sucio/ y el mando/ de la televisión. / Poesía pura". Pues la poesía siempre está del lado de la verdad y la verdad es la que nos encontramos cada día frente a nosotros, en nuestra realidad cotidiana. Sin más misterio y con todo el misterio del mundo que implica el hecho poético del encuentro de dos cuerpos o dos vidas.

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