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Canto y baile

La danza y la ópera se mueven poco de los títulos más tradicionales

La pasada semana analizábamos el informe anual de la página web inglesa "Bachtrack" en relación a la música sinfónica y las preferencias del público a lo largo del año pasado, las variaciones en el ranking de popularidad de compositores y de obras a interpretar. El trabajo también analiza la evolución en los apartados de la ópera y de la danza y revela datos muy a tener en cuenta.

La parte alta de la tabla se la reparten cinco autores: Verdi, Puccini, Rossini, Bizet y Mozart: La traviata de Verdi y Las bodas de Fígaro mozartianas son los dos títulos que copan la programación de los teatros y el favor del público. Solo una ópera francesa se cuela en los primeros puestos, Carmen de Bizet. Entre estos diez primeros, Puccini coloca tres títulos, Verdi dos y Mozart otros tres. Rossini cierra la tabla con uno en el puesto diez, El Barbero de Sevilla. Lo curioso es que aquí el año pasado estaban también estas obras en lo más alto, y sólo se han movido un poco arriba o abajo, pero no cambian de franja. Lo contrario que en la música sinfónica en la que el "efecto conmemoración" propició una subida meteórica de Sibelius. Sin embargo el mundo operístico, con costes más altos, va a lo seguro, por la necesidad continua de tener los teatros llenos para cuadrar los números.

Ningún teatro cercano a nosotros está en los que más actividad tienen: es el Covent Garden de Londres el que lidera una clasificación en la que también están el Metropolitan de Nueva York, la Ópera de Australia en Sídney, las óperas de Paris, Viena y Munich, la Ópera alemana de Berlín, la de Zurich, la English National Ópera de Londres o la de Hungría. Estamos, aquí, en su mayoría en teatros con el sistema de repertorio con amplísima oferta de manera continuada. Los teatros latinos trabajan más el sistema de temporada, sin títulos entremezclados. Dos son las razones: su infraestructura es menor y también el presupuesto que manejan.

Hay un dato que llama la atención poderosamente: un cantante español es el más ocupado de 2015: el tenor jerezano Ismael Jordi según los datos de "Bachtrack". Es increíble que un veterano como Leo Nucci aún se mantenga en el número nueve de la lista, ¡es toda una proeza! Sin duda formar parte de una teatro con sistema de repertorio y compañía estable ayuda y mucho a estar en la parte alta de la tabla.

Si alguien manda en el mundo del ballet es sin duda la música de Chaikovski. La que el compositor ruso escribió para este género monopoliza cinco de los diez ballets más representados (Lago de los cisnes, Cascanueces el de mayor éxito, o La bella durmiente, entre otros). Sólo Balanchine aparece arriba y la versión balletística de Eduardo Manostijeras de Matthew Bourne se hace un hueco. O sea, repertorio sin parar que es lo que capta la atención mayoritaria. En el balance de lo nuevo y lo tradicional ha de estar, sin duda, la apuesta de los organismos públicos porque no se puede asfixiar la creatividad contemporánea.

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