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Soledades conjuntas, viajes solitarios

Ovidio Parades se estrena en la narrativa corta con Corrientes de amor

Soledades conjuntas, viajes solitarios

"Vivid felices, dijo, / largo curso de edad nunca prolijo; / y si prolijo, en nudos amorosos / siempre vivid esposos?" O sea, aprovechemos el momento, que el momento es corto y los lamentos largos. Luis de Góngora (Córdoba, 1561-1627) y Ovidio Parades (Oviedo, 1971) son así: meticulosos en las penas del porvenir, cadenciosos en las alegrías del presente. Góngora es un clásico barroco y Ovidio Parades no; Ovidio Parades se estrena ahora en la narrativa corta con Corrientes de amor, que así se titula su último libro. Y es un valiente: el amor declarado tan diáfanamente en la portada de un libro es espécimen raro en literatura. Parades reúne en su último libro más de una docena de relatos en los que las soledades son conjuntos cerrados y los viajes, mandamientos solitarios. Los personajes de Parades lo pierden todo y cuando está todo perdido se paran a contemplar su estado, que es una virtud preclara de Garcilaso para acá. Lo escribió el propio poeta en su primer soneto: "Que a mayor mal pudiera haber llegado".

Parades se enmarca, pues, en una tradición larga de literatura contemplativa. Pero en vez de escribir sonetos, se inclina por los monólogos interiores, por los pensamientos desarrollados contemplando la profundidad de los paisajes desde las ventanas de los autobuses. Y es que los personajes de Parades son parados, melancólicos, tristes? Y lo son siempre porque siempre pierden, acaban de perder o están a punto de perder. Corrientes de amor viene a ser una colección de duelos. Parades detiene la acción en sus relatos: todo es pensamiento y sólo pensamiento. Pasa en "Círculos", en "Relámpago" o en "Despedida". Pero estos sólo son tres de los cuentos incluidos en estas "Corrientes de amor". La unidad de estilo de todos ellos es más que preclara. Parades reúne todas sus tristezas y en pocas ocasiones deja matiz a la esperanza. La pérdida no permite vivir felices, viene a concluir el escritor ovetense. Comenzó con dos selecciones de artículos de su exitoso blog y, muy pronto, se inclinó por la novela. Ahora comienza a dar forma a las ficciones de las distancias cortas. Uno reclama un paso adelante en las vidas de las criaturas que lamentan sus pérdidas. Por aquello de la felicidad completa y porque "a mayor mal pudiera haber llegado" [uno] siempre.

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