El arte conceptual nunca dejó de ser un problema no resuelto, objeto de discusión no ya sobre el lugar que debería ocupar en la historia del arte sino sobre lo que es en realidad, perplejidad sin duda debida a sus innumerables contradicciones y ambigüedades. Es cierto que en su nombre se produjeron obras de mucha entidad, pero en puridad deberían ser consideradas hijas ilegítimas (más atribuibles al minimalismo) de una tendencia que en su versión original preconizaba el abandono de la pintura o la escultura y la desmaterialización de la obra de arte para privilegiar el "concepto": "el arte como idea" fue el eslogan, y a ella quedó subordinado, o bien al lenguaje. La palabra "obra" debía ser cambiada por "propuesta artística" y únicamente admitir la materialidad en objetos o en el propio artista actuando como espectáculo. No sirvió ni para evitar el mercantilismo de la obra de arte, como era su intención, porque artistas y galerías siguieron vendiendo fotocopias, fotografías o textos escritos que documentaban el arte efímero prolongando la "tiranía del mercado" con ricos coleccionistas ávidos de novedades y de que los estafasen.
Ahora, Santiago Martínez, profesor de la Escuela de Arte de Oviedo y excelente teórico del arte, comisaría en el Centro Municipal de Arte y Exposiciones de Avilés (CMAE) de Avilés la exposición "Asturias arte actual". Cuando supe que privilegiaría "el concepto" me puse en lo peor, aunque finalmente se añadió un título aclaratorio: "La forma del concepto", un poco raro, pero sí, la forma, por el amor de Dios. En el acto de la inauguración la alcaldesa de Avilés aseguró que en la obra expuesta se trabajaba mucho el concepto, pero también es verdad que, según el diccionario, "El caballo es un cuadrúpedo" es la expresión de un concepto.
Como quiera que sea, hay que agradecer, y mucho, que sobre el páramo cultural en que se ha convertido Asturias, en lo que a las artes plásticas se refiere, caiga ahora este riego que quizá fertilice por algún tiempo estas áridas tierras tan escasamente cultivadas. Resultaba muy gratificante contemplar la gran afluencia de público en la inauguración del pasado día, en buena parte debida a la estimulantemente joven presencia de estudiantes de arte, siempre fieles a estas citas, pero también de gran número de otras personas más o menos relacionadas con el mundo del arte, que hacían difícil caminar por el centro de exposiciones avilesino.
Según están las cosas, esta exposición es una de las escasas ocasiones que el público asturiano tendrá durante bastante tiempo para tener noticia, conocer, ponerse al día del momento actual de la producción artística asturiana. Un conocimiento parcial, es cierto, porque la muestra incluye a los artistas de la abstracción, que eso son en definitiva quienes crean la obra a partir del pensamiento separado de la realidad perceptiva, y parientes próximos, pero una buena selección en la que son todos los que están. En cuanto a los que están, faltan unos cuantos incuestionables. Abarca a artistas de varias generaciones, desde la emblemática, entrañable, y extraña pareja, Alba-Sanjurjo, ¿dónde está la escultura de Alba?, preguntaban algunos, pisando el terreno de su impresionante instalación-sudario, hasta Irma Álvarez Laviada o Jorge Flórez pasando por Maite Centol o Lisardo, de quien sí se puede ver por primera vez una escultura. Y completando el elenco: María Braña, Elena Rato, María Álvarez, María Jesús Rodríguez, Adolfo Manzano, Blanca Prendes, Paco Nadie, Isabel Cuadrado, Pablo Maojo, Eugenio López, Mónica de Juan, Carlos Suárez, José Ferrero..., sin orden alfabético.
Yo creo que Santiago Martínez y el CMAE de Avilés le han hecho con esta exposición un gran favor al arte asturiano, cuando más necesitado está de iniciativas como ésta y el público asturiano hará bien en no perder la ocasión de fortalecer su salud cultural contemplando el conjunto. Ahora, y puesto que en la exposición de motivos se dice que la muestra nace con espíritu de continuidad y la apuesta de convertir este centro cultural en un referente del arte contemporáneo, también otras exposiciones son posibles y necesarias, porque supongo que también tienen forma y concepto artistas como Miguel Galano, Pelayo Ortega o Chechu Alava.
