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Vidas

Paul Celan e Ingeborg Bachmann: un amor imposible

Dos cartas recién descubiertas revelan la intención del poeta de abandonar a su esposa para irse con su amante

Son dos de las voces líricas más importantes de la literatura en lengua alemana del siglo XX: el rumano Paul Celan y la austriaca Ingeborg Bachmann.

Ambos-el hijo de dos víctimas del holocausto y la hija de un nazi de primera hora de Carintia- vivieron una apasionada historia de amor que duró sólo un par de años y tuvieron cada uno por separado una muerte trágica.

Ahora han aparecido en un desván dos cartas íntimas de Celan, el hermético autor de uno de los poemas más famosos en torno a la shoah -"Fuga de Muerte"- a su colega y amante austríaca, en las que le confiesa a ésta haber contado todo a su esposa.

Celan y Bachmann se habían conocido en la capital austriaca en 1948, es decir poro después de la Segunda Guerra Mundial, y la relación duró inicialmente sólo dos años, como nos cuenta la periodista y crítica literaria Iris Radisch.

Existe una foto de ambos, fechada en mayo de 1952 y que corresponde a una reunión del Grupo 47, el más importante grupo literario alemán de posguerra, del que formaron parte también, entre otros, Günter Grass, Heinrich Böll, Hans-Magnus Enzensberger , Siegried Lenz o Uwe Johnson.

En la imagen, publicada en el semanario Die Zeit, se ve a ambos sentados a una mesa conversando con rostro serio después de haber procedido a una lectura ante ese grupo: Celan tenía a la sazón 32 años y Bachmann, 26.

Sólo dos meses antes, Celan había escrito a Bachmann una carta de despedida en la que le explicaba que para él había quedado claro que sólo podrían seguir siendo amigos porque todo lo demás estaba " perdido sin remedio".

Ambos siguieron entonces caminos separados. Ese mismo año, Celan se casó con la artista gráfica francesa Gisèle de L´Estrange, que le daría un hijo en 1955. Lo que no fue obstáculo para que el poeta tuviese por aquel entonces otra relación amorosa con una estudiante austríaca, que decidió abortar.

Mientras tanto, Ingeborg Bachmann acompañó en un viaje a Italia al compositor Hans Werner Henze, con quien mantuvo también una relación amorosa poco antes de la más conocida con el escritor suizo Max Frisch, que duraría de 1958 hasta 1963.

Después de unos años de silencio entre la austríaca y su colega rumano se produjo el reencuentro de ambos en 1957, otra vez con ocasión de una reunión literaria, esta vez en la ciudad alemana de Wuppertal.

Ambos vivieron entonces una noche de amor en un hotel de Colonia, y debió de resurgir entonces la pasión de unos años atrás, como documentan las cartas recogidas en un libro publicado en 2008 bajo el título de Herzzeit (literalmente: Tiempo del corazón).

Celan, que vivía por aquel entonces en París con su esposa, Giséle, le enviaba casi diariamente cartas con sus poemas a su amante, que residía en Múnich, donde había encontrado trabajo en la televisión bávara. En un primer momento, Bachmann respondió a sus cartas y sólo lo hizo dos semanas después para instarle a no abandonar a su esposa y al hijo de ambos.

Ahora han aparecido en un desván de la casa de Klagenfurt, la ciudad natal de Borgmann, entre cuadernos y recortes de prensa dos cartas íntimas de las que le dirigió entonces Celan poco después de aquella noche de renacida pasión amorosa.

Según la estudiosa Barbara Weidemann, especialista en la obra de Celan, Bachmann debió de esconder las cartas en la casa de sus padres porque no quería que nadie las viera. De ellas se desprende el deseo del poeta de abandonar a su esposa francesa para irse a vivir con la amante.

Las cartas, nos dice la crítica Iris Radisch, documentan "no sólo el drama de dos vidas, sino también el de dos obras poéticas trágicamente entrelazadas".

En esas cartas abundan las referencias a la poesía, sobre todo la del propio Celan aunque por primera vez, como explica Weidmann, nos enteramos por su lectura de que el poeta rumano se interesó también por la lírica de su amante.

En la primera de ellas, fechada el 16 de octubre de 1957, Celan le cuenta a Bachmann haberle confesado todo a su esposa, que "llora y no puede entenderlo. Le he dicho que también tú has tenido que llorar todos estos años por mi culpa".

Y agrega: "Tú estás siempre en mis poemas. Ingeborg, también allí donde no pareces estar (?) Te he llevado siempre en mi corazón, tal y como eres en realidad, y mis poemas se dirigían siempre al lugar donde tú estabas".

En la segunda, fechada al día siguiente, Celan escribe que su esposa está "tranquila y resignada. No sólo lo ha aceptado, sino que también lo ha entendido. "Elle est aussi mariée avec toi (Está también casada contigo): Sólo una persona como Giséle puede decir eso.(?) Te envío un par de poemas, Ingeborg, léelos. Apenas hay un poema donde no haya resrvado un espacio. Ese espacio es la verdad de los poemas".

No podía sospechar entonces Celan que poco después de la ruptura definitiva de ambos, Ingeborg no iba a escribir ya más poesía hasta su muerte el 17 de octubre de 1973 en un hospital de Roma a consecuencia de las quemaduras sufridas en el incendio de su habitación, que la policía atribuyó a un cigarrillo encendido.

Y si Bachmann pereció accidentalmente por el fuego, aunque la causa de su muerte no está del todo aclarada, otro fue el elemento que había elegido Paul Celan tres años antes en París para poner fin a su vida: tras dos intentos frustrados de matar a su esposa, el poeta se arrojó a las aguas del Sena. Ocurrió el 20 de abril de 1970.

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