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Arte

La memoria gráfica de Hugo O'Donnell

El artista presenta en Vegadeo "Matar a un ruiseñor", una muestra de 44 obras que conforman su visión del mundo

Hugo O'Donnell.

Las 44 obras que Hugo O'Donnell (Madrid, 1953) muestra desde hoy en la Casa de Cultura de Vegadeo, resultado de los dos últimos años de trabajo, componen su "memoria gráfica" y su "visión del mundo". "Pretendo hablar de la pérdida de la inocencia, de ahí el título de la muestra, Matar a un ruiseñor, como la novela de Harper Lee que dio pie a una película deliciosa", explica el artista mientras ultima el montaje de la muestra. Es una exposición acorde con su tiempo vital, en el que "el futuro personal empieza a acortarse a medida que se cumplen los años y lo que va quedando es el poso de la propia memoria". El visitante nacido en torno a la mitad del siglo pasado se encontrará con una selección "muy generacional", en la que se reflejan personajes que van "desde finales del XIX, de los que nosotros tuvimos referencia por los relatos de nuestros abuelos o nuestros padres, hasta finales de los 60. La más contemporánea quizá sea Angela Davis". Ahí están, de forma destacada, los héroes de la aviación y la astronáutica, personalización de la confianza de la época en un avance técnico que ampliaba las dimensiones de lo humano. "Todos tenemos un pasado. En mi caso, desde una perspectiva más ideológica, la única revolución que vi triunfar en el siglo XX fue la feminista. Por eso trato de recuperar a pioneras que han quedado borrosas. Son las batallitas gráficas de un abuelo que no tiene el don de la palabra". Hugo O'Donnell muestra una veta lírica que desmiente esa autolimitación. Los títulos de sus cuadros se acercan a los micropoemas. Como apoyatura para esta muestra de Vegadeo, en el catálogo define las obras con las que encara el visitante como "poemas silenciosos, que son memoria de un tiempo gris, que se coloreaba con la belleza de las palabras, los sueños, los primeros rubores y sobre todo con la inocencia". "Tengo algo de poeta frustrado, pero no es lo mismo poner un título que escribir un poema, que me parece algo de una dificultad extrema. Lo que intento es colocar al espectador en un estado receptivo con respecto a la obra, lo que se consigue mejor con las palabras adecuadas que sin un título".

Los cuadros, de pequeño formato, tienen un cierto aire de póster, "un dibujo de línea limpia, tipo cómic" al que Hugo O'Donnell llega desde un territorio tan alejado de lo figurativo como las geometrías y el expresionismo abstracto, de lo que todavía queda un resquicio en esos fondos lineales con color. "Es el mestizaje que hacemos ahora muchos pintores al utilizar varios lenguajes a la vez y el cómic está muy presente porque forma parte de mi cultura", explica.

Afincado en Villadún, en Castropol, el artista lleva a la Casa de Cultura de Vegadeo su obra más reciente junto a otros cuatro cuadros de mayor formato de una exposición anterior "dibujados a lapicero, que contrastan con el blanco y negro de ahora" y enriquecen la muestra actual.

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