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José Luis Muñoz: "Debería concederse al escritor el privilegio de la eternidad a cambio de seguir escribiendo"

-No es la primera vez que ETA aparece como sujeto en sus tramas...

-Creo recordar que es la tercera vez que aparece ETA en mis novelas. La caraqueña del Maní, sobre los etarras refugiados en la Venezuela de Hugo Chávez, y Tu corazón, Idoia, sobre el Comando Barcelona e inspirándome libremente en Idoia López Riaño, la Tigresa, y Joseba Urrosolo Sistiaga, que acaba de ser excarcelado. ETA pasó de ser una organización que lideraba un proceso de lucha armada contra el fascismo de Franco a convertirse en una banda de villanos matones durante la democracia. ETA militar debió haber seguido los pasos de los poli-milis. No hay justificación posible para defender las ideas en un estado democrático con las armas y los crímenes de ETA fueron injustificables, propios de una banda mafiosa. Dicho esto, me interesan literariamente esos personajes que, dentro de una organización monolítica, como era ETA, se cuestionaban sus actos. Lo hizo Joseba Urrosolo Sistiaga, con mucha más valentía que Arnaldo Otegui, cuando estaba en ETA y ha sido muy crítico con el dolor causado con sus dieciséis asesinatos.

-La novela negra nace en la gran urbe. ¿Resulta heterodoxo situar el escenario en un pueblo pequeño?

-Yo siempre apelo a que parece que nos olvidamos de que una de las mejores novelas de Camilo José Cela, La familia de Pascual Duarte, era negrísima y transcurría en un ámbito rural. En los pueblos todo se exacerba. Recordemos ese famoso pueblo cercano a Andorra, Tor, con apenas cuatro casas habitadas, en el que fueron asesinadas tres personas; la emboscada que sufrió en una pista forestal un alcalde por parte de un vecino; los crímenes de Puerto Hurraco?Me apetecía hacer esa reivindicación de la novela negra rural precisamente porque vivo en un pueblo como el de la novela e intento captar la idiosincrasia del entorno.

-Leyendo su novela viene a la mente Jim Thompson y James M. Cain. ¿Son cosas mías o es así?

- No. No son cosas suyas. Mi universo literario está muy próximo a esos dos autores norteamericanos que conozco por haber leído con fruición sus novelas. Tanto de uno como de otro admiro la turbiedad de sus personajes y situaciones. Los personajes de mi novela son todos oscuros, tienen un pasado oculto del que no se vanaglorian. Se mueven malheridos en un escenario hermoso pero que es opresivo en invierno. Elegir esa época del año fue una opción buscada. Quizá dé a la novela un aire nórdico, por ese reguero de sangre en la nieve. Yo creo que, además de una novela negra, es un western, porque tiene todos los elementos propios del género: un forastero, un sheriff, un saloon, un escenario paisajístico grandioso y hasta un duelo en la alta sierra que remite a los clásicos.

-Fue uno de los pioneros de la novela negra en España, ¿qué diferencias encuentra entre la actualidad y lo que se escribía en los ochenta?

-Lo que constato es que hay una salud excelente, que la novela negra se renueva con nuevos valores literarios, que novelas negras reciben importantes premios y que los festivales se han multiplicado de forma excepcional. Abundan, además, las colecciones de novela negra. Yo mismo estoy pilotando una experiencia muy ilusionante, La Orilla Negra, que nace para reunir la buena literatura policial que se escribe en las dos orillas del Atlántico en el idioma de Cervantes. Se está escribiendo novela negra muy original y lo bueno del caso es que nada tienen que ver unos autores con otros, cada uno lo hace con su mirada. Personalmente me decanto por una novela negra que tenga cierto compromiso social.

-Comente estas frases de su novela: "Actualmente vivo dentro del cuadro y todavía no he salido de él".

-Es un guiño pictórico a Cazadores en la nieve, el cuadro del pintor flamenco Peter Brueghel el Viejo, que es icónico para mí. El Valle es un enorme cuadro paisajístico que me tiene atrapado con su belleza, de ahí que haya fijado mi residencia en él. Cuando lo contemplaba de pequeño en un libro de mi padre (luego tuve la suerte de tropezar con él en un museo de Viena) siempre quería meterme en ese paisaje. Ahora vivo en él.

-"El tiempo es un bien escaso, la materia intangible que más valor tiene".

-El tiempo es oro. Muchas veces nos lo roban, por ejemplo, con un trabajo de mierda. Debería concederse al escritor el privilegio de la eternidad a cambio de seguir escribiendo. Hay que vivir como si nunca te fueras a morir para vencer al fantasma de la muerte y que este no te paralice.

-"Sí, hay un momento preciso en que te joden la vida, en el que, a partir de entonces, ya nada es igual. Todos tenemos uno".

-En muchas vidas, sobre todo en las vidas de mis protagonistas de esta tragedia que es Cazadores en la nieve, hay un golpe durísimo que reciben a partir del cual ya no son la misma persona. A mí, un golpe también me llevó a estas montañas en las que vivo.

-"A vista de buitre, no son nada".

-Quería dar un tono panteísta a la novela, porque el otro gran personaje de Cazadores en la nieve es la Naturaleza, y nuestras rencillas domésticas, nuestras cuitas de todo tipo, el deseo de venganza, etc. no son nada, no importan absolutamente nada en el contexto de ese cosmos que nos debe observar como lo insignificante que somos. Hay que relativizar, siempre que se pueda. Y ser feliz en este breve tránsito que es la vida.

José Luis Muñoz Jimeno (Salamanca, 1951), escritor prolífico

42 novelas en el mercado y multipremiado

premios literarios en su haber, acaba de publicar Cazadores en la nieve, XVI Premio de Novela Corta Diputación de Córdoba, que pronto presentará en Asturias

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