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Viaje interior y principio de equilibrio

La traducción al español de Trescientos poemas de la dinastía Tang

Como bien nos explica Carlos Martínez Shaw en el prólogo, El profesor Guojian Chen es ya una celebridad en el mundo de la traducción de la poesía china. Sus famosas colecciones de poemas clásicos dieron paso en 2013 a ese monumento literario que es su antología para Ediciones Cátedra de Poesía china (Siglo XI a.C.-Siglo XX), que puede considerarse, como ya he comentado en alguna otra ocasión, la más ambiciosa recopilación de su género en lengua española. Pero, proponiéndose reto tras reto, el autor aborda ahora la versión al español de la más famosa antología de esa edad de oro poética que se desarrolló a lo largo de los casi tres siglos de existencia de la dinastía Tang (618-907): los Trescientos poemas de la dinastía Tang, compilados por el erudito Sun Zhu ("Literato Solitario del Estanque Fragante") con la ayuda de su esposa Xu Lanying, ya en una época más tardía, en la segunda mitad del siglo XVIII, bajo la dinastía Qing, en el reinado de Qianlong, una época propicia a la recuperación de la vieja literatura de China". Guojian Chen nos ofrece un acercamiento erudito y preciso a esta obra fundamental de la edad de oro de la poesía china, aplicando una excepcional sensibilidad y emoción a estos versos que se convierten en un fenómeno literario en China, objeto de diversos estudios e investigaciones y lectura fundamental en la enseñanza en escuelas y universidades. "La difusión y popularización de la poesía es impresionante: es prácticamente imposible encontrar a un escolar chino que no sepa recitar de memoria dos o tres poemas de Tang. Cuando los niños tienen cuatro o cinco años, sus padres les enseñan a aprender los primeros versos", explica. Esta obra demuestra el respeto y veneración por la poesía en China y "una buena cantidad de versos célebres, usados ampliamente durante siglos, se han convertido en unidades fraseológicas o locuciones que forman parte integrante del idioma para todo el pueblo".

Pese a los cambios sociales sufridos,"ningún líder nacional o personalidad eminente, sin distinción de colores, deja de recurrir a versos clásicos para aumentar la fuerza persuasiva de sus discursos, para embellecerlos, para ganarse la simpatía de su pueblo, o, simplemente, para ostentar su erudición o su respeto por la cultura y la tradición, que había empujado a los emperadores a mantener, durante más de mil años, el sistema de selección de los funcionarios y altos cargos mediante exámenes imperiales cuyo contenido incluía imprescindiblemente la poesía".

Excepcional ocasión para acercarse a estos versos cuya sabiduría nos permite adentrarnos en una concepción del mundo con otro ritmo, más lento, más natural, más acorde con la respiración que se sosiega con la lectura y que una vez abandonada ésta sentimos como viaje interior cuyas raíces ya no nos abandonarán nunca. "Salí de niño y , viejo, vuelvo. / Mi acento, el de antes, mas ya ralos mis cabellos. / Los niños no me conocen. Sonrientes, preguntan: / ¿De dónde viene, caballero?" (He Zhizhang, 654-744. De regreso a mi pueblo natal)

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