En 1976, dos estudiantes universitarios fundaron una editorial en Valencia. Cuarenta años después, el triunvirato que forman Manuel Borrás, Manuel Ramírez y Silvia Pratdesaba ha convertido sus colecciones en un sello de culto. Pre-Textos dispone de un discreto despacho, pero un gran catálogo de buena literatura, con 1.600 títulos de colecciones imprescindibles y un reconocimiento unánime como una editorial coherente y rigurosa. La aventura empezó hace cuarenta años con la traducción de Rizoma, un estudio del pensador francés de Gilles Deleuze y Félix Guattari.
-¿Es más fácil editar ahora?
-Hace 40 años era más fácil, porque éramos menos
-En el 76 empezaba todo, ¿no?
-Cuando llegamos a la universidad Manuel Borrás y yo, conocimos a Eduardo Hervás, que nos metió el gusanillo de fundar una editorial. Cuando se suicidó, decidimos seguir con la idea.
-Salió bien.
-El balance en conjunto es bueno, con sus altibajos.
-¿El momento crítico?
-En los ochenta empezó a fallar la exportación a Sudamérica y hubo que bajar drásticamente las tiradas. A nosotros nos salvó el Nobel a Elías Canetti en 1981, pues cuando estábamos a punto de tirar la toalla, salió Las voces de Marrakech.
-¿Tentación de cambiar a un escenario más amplio?
-Tuvimos la necesidad hace 30 años de poner un pie, bien en Madrid o Barcelona, pues somos una editorial de proyección internacional, y coincidió que un amigo vendía su pequeño piso en Madrid. Lo adquirimos y tenemos un pequeño pisito en Madrid que hace de sucursal.
-¿Un editor es un escritor frustrado?
-Nunca hemos aspirado a ser escritores. Por regla general, en España no.
-¿Eligieron el camino de la literatura menos comercial?
-Tuvimos dos principios claros. Uno, las traducciones, sobre todo de pensadores franceses, y recuperar la memoria de la República. Ahí tuvimos más reticencias, pues no teníamos un catálogo configurado, pero Manolo Borrás llevaba varios años intercambiando correspondencia con Juan Larrea, y nos ofreció el libro a Al amor de Vallejo, y a partir de ahí se sumaron otros.
-¿Se publica lo que se puede, o lo que se quiere?
-Nosotros lo tuvimos muy claro desde el principio con esas dos lineas, junto con la poesía que empezamos más tarde. Hay muchas formas de conformar un catalogo.
-Pre-Textos se distingue por la coherencia.
-Con las nuevas tecnologías tratamos de dar visibilidad a ese catalogo, que tiene vasos comunicantes.
-¿Por qué es más fácil encontrar un libro de Pre-Textos de hace 35 años en internet que en una librería?
-Porque las librerías de fondo, desgraciadamente, han desaparecido. Internet va a ir sustituyendo eso.
-¿El boom de nuevas editoriales se debe a la eliminación de gastos en distribución?
-El problema para los editores en España siempre ha sido la distribución, porque el mercado español es muy especial.
-¿En qué?
-Porque con un indice de lectura bajo, se publica mucho. El mercado está viciado, funciona a base de novedades, lo que ha provocado la desaparición de los fondos editoriales, y de cara a cualquier empresa editorial, si funcionan unas cuantos libros al año, salvan el ejercicio.
-¿Editar muchas novedades, para ver si aciertas?
-No somos de esa política, pero estamos sometidos a ella, porque debemos pasar por la distribución.
-¿Su "best-seller" en estos cuarenta años?
-Varios. De ensayo, Mil mesetas, de Guattari. En narrativa, el de Canetti, y en poesía Las cosas del campo de José Antonio Muñoz Rojas.
-¿Cómo se descubren valores nuevos?
-Al premio de Barbastro, una novela breve de Octavio Escobar, Después y antes de Dios, le han dado el premio nacional en Colombia. Un motivo de alegría.
-Detrás de la promoción de muchos premios está la búsqueda de nuevos escritores.
-Esa es una fórmula. La otra es a través de la editorial, donde nos llegan primeros libros de autores noveles.
-¿Se vende poesía?
-Pues sí. He dicho que uno de los best-seller es el de Muñoz Rojas, un libro de poemas. Con nuestra vocación hispanoamericanista hemos conseguido con la poesía entablar un diálogo entre los dos continentes.
-¿A los nuevos autores latinoamericanos les cuesta hacerse un hueco en España?
-Octavio Escobar es reconocido en Colombia. Fedosy Santaella, al que ya publicamos El dedo de David Lynch, sacamos ahora Los nombres, y también tiene reconocimiento. Luego hay argentinos?
-¿Y españoles?
-Se hacen propuestas muy buenas, con un nivel muy alto en poesía. Hay memorialistas como Andrés Trapiello, con muy buenos resultados, como también Juan Bonilla.
-En cambio, el ensayo parece estancado.
-Hay ensayistas buenos en España. De hecho este año vamos a publicar tres.
-¿Sobre qué reflexionan?
-La ética del desorden. Pánico y sentido en la vida del siglo, de Ignacio Castro Reyes; Aburrimiento y capitalismo en la escena revolucionaria: París, 1830-1848, de Daniel Lesmes; y Gozar la vida por medio de actos bellos, de Arash Arjomandi, español de origen iraní.