"Cuando la leyenda se convierte en hecho, imprime la leyenda", aconsejaba John Ford en El hombre que mató a Liberty Valance. Sobre una leyenda que algunos aseguraron presenciar gira esta novela del cantautor maño Joaquín Carbonell.
Según refirió César Tiempo en 1971 en el suplemento literario del diario "Clarín", fue en Buenos Aires la noche del 6 de noviembre de 1933, a la salida del teatro Smart, tras asistir al ensayo de su obra El teatro soy yo, cuando en la acera se encontraron Federico García Lorca -que llevaba menos de un mes contemplando el rotundo éxito en que Lola Membrives había convertido Bodas de sangre- y Carlos Gardel -que al día siguiente partiría en una larga gira para no volver a casa, pues lo hallará la muerte en el camino-. Según este testimonio, el periodista de origen asturiano Pablo Suero -inseparable de García Lorca durante aquellos meses- también presenció la feliz coincidencia, pues había estado en el ensayo de la obra de Tiempo y seguía junto a este y García Lorca cuando llegó Gardel. Y desde la acera de enfrente, ante la confitería La Real, Ben Molar y otros jóvenes de la intelectualidad y la farándula porteñas del momento aseguraron también haber visto el encuentro, lo que sirvió para que en el teatro Smart (después rebautizado Blanca Podestá) se colocara una placa recordando el acontecimiento. Esta placa, según informa Mirtha Mansilla en un artículo sobre el tema, desapareció tras la demolición de la sala original hacia el año 2000.
Sin embargo, de este posible encuentro tras el cual se fueron a casa del cantante a correrse una juerga, curiosamente nunca hablaron ni Federico García Lorca ni Carlos Gardel ni, al menos que sepamos, Pablo Suero, a quien, por otra parte, tanto le gustaban las estrellas y no solía perder la oportunidad de jactarse de permanecer a su lado.
Con el ingrediente principal de esta anécdota se construye la novela de Joaquín Carbonell, en la que un joven periodista español, Pedro Sariñena, después de abandonar su trabajo por un revés sentimental se desplaza a Buenos Aires contratado por una productora para intentar sacar adelante el guión de un documental sobre Federico García Lorca. Estamos en 1983 y allí se encontrará con el relato del encuentro Lorca - Gardel. También se encontrará con Mariana, una joven misteriosa que lo guiará por un país en el que la dictadura militar provoca cierta esquizofrenia. Así, Pedro Sariñena acaba metido en una rueda de acción y suspense que lo conduce a conocer las catacumbas de la dictadura argentina y a reflexionar sobre su propia procedencia, sobre el pasado de su país -incluido el asesinato de su abuelo, sastre y republicano, durante la Guerra Civil- y sobre el maleficio de vender el alma al diablo como hizo el escritor porteño Eugenio Gonzaga, con el que Pedro se encuentra durante la investigación.
Como una reflexión sobre la podredumbre que se oculta en el devenir de la Historia reciente de España y Argentina puede leerse esta novela, en la que se hace convivir a personajes reales y ficticios alrededor del legendario abrazo de Lorca y Gardel.
