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Música

Adiós a Zoltán Kocsis

En recuerdo a uno de los grandes pianistas húngaros, que actuó tres veces en las Jornadas de Piano de Oviedo

Zoltán Kocsis durante un concierto en Oviedo.

La pasada semana falleció a los sesenta y cuatro años uno de los músicos húngaros de mayor prestigio internacional, Zoltán Kocsis. Un artista en plenitud de su carrera a la que venía realizando sustanciales aportaciones y a la que aún le quedaba mucho recorrido por delante. Reconocido en todo el mundo como uno de los mejores pianistas de su generación también había conseguido un hueco como director de orquesta de notable solvencia al frente de las principales formaciones de su país y de otras agrupaciones internacionales.

Ganador del premio Franz Liszt con veintiún años, su fama internacional llegaría con rapidez, consiguiendo tres años antes el premio Beethoven, lo que impulsó su primer concierto en Estados Unidos y el inicio de sus giras en los circuitos de mayor exigencia. Su carrera pianística se desarrolló en la cumbre desde el primer momento tocando con orquestas como las filarmónicas de Berlín, Nueva York, Viena o las sinfónicas de Chicago, San Francisco, Philarmonia de Londres y tantas otras a lo largo del tiempo. Dotado de una técnica pianística versátil, de gran profundidad interpretativa, brilló en el gran repertorio romántico, y en sus muy peculiares acercamientos a autores como Mozart. Pero sin duda, su gran y sustancial aportación quedará en su trabajo sobre el repertorio de su país natal y, especialmente, en las obras de Béla Bartók, autor del que grabó la obra completa para piano solista y piano con orquesta y del que realizó interesantes transcripciones. También dejó su impronta en otros autores como Claude Debussy. Su faceta como director de orquesta -y también como compositor- le permitió enriquecer su visión musical. De hecho, fundó junto a Ivan Fischer la Orquesta del Festival de Budapest -una de las mejores agrupaciones sinfónicas europeas- y, desde hace varios años, era titular de la Filarmónica Nacional de Hungría.

Kocsis, que siguió la estela de la escuela de piano húngara, dotada con excelentes pedagogos y una tradición sostenida en el tiempo, ofreció tres conciertos en las Jornadas de Piano "Luis G. Iberni" de Oviedo. Su debut tuvo lugar en 1997, ofreciendo un recital en el teatro Campoamor donde entonces se celebraban las Jornadas, con obras de Schubert y Debussy, en un concierto inolvidable. Regresó en 2002 con Mozart como protagonista, precisamente con la Budapest Mozart Orchestra y en 2006 volvió con la Filarmónica Nacional de Hungría, dirigiendo y tocando el "Concierto número cuatro para piano y orquesta" de Beethoven. Había planes para contar con él en próximas temporadas porque siempre le gustaba recordar lo cómodo que se encontraba haciendo música en Oviedo, ciudad que él consideraba importante para el mundo del piano en sus giras europeas. Iván Fischer lo ha definido como "un gigante de la música". Indudablemente es uno de los grandes que se va en la cumbre de su carrera y, como sucede de cada vez de forma más alarmante, los grandes medios apenas han reseñado una ausencia tan significativa. Kocsis nos deja su magisterio, el privilegio de haber escuchado su trabajo en vivo, y las grabaciones que nos permitirán disfrutar de su talento para siempre.

Su faceta como director de orquesta y también como compositor le permitió enriquecer su visión musical

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