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La peligrosa fuerza de la Cultura

La magistral claridad de Terry Eagleton para analizar un concepto huidizo y confuso

Cualquier profesor de literatura está familiarizado con Terry Eagleton porque es uno de los críticos y teóricos de habla inglesa más influyentes en ese campo académico. Lo soprendentemente bueno es que Eagleton no sólo escribe teoría más o menos libre de jerga académica sino también, y mucho más en la más reciente etapa de su carrera, libros sobre conceptos que desbordan con mucho los ámbitos académicos y, en consecuencia, nos interesan a todos. Alrededor del cambio de siglo empezó a escribir libros como La idea de cultura (2000), El significado de la vida (2007), Sobre el mal (2010), Por qué Marx tenía razón (2011) o El sentido de la vida (2008), lo cual nos indica que la trayectoria intelectual de Eagleton le ha llevado a consideraciones éticas que afectan al ser humano como tal en su sociedad.

Así, a boleo, le he echado un vistazo a alguna de las traducciones que se han hecho al español y, buenas o menos buenas, por lo menos saben dar con el marchamo Eagleton. En Figuras de disenso (2003),por ejemplo, que es una colección de ensayos-reseñas, Eagleton escribe sobre todo tipo de figuras bien conocidas en el mundo del pensamiento, la literatura y la cultura. Entre otros muchos: Slavoj ?i?ek, Oscar Wilde, T.S. Eliot, Ludwig Wittgenstein, Gayatri Spivak y, sorpresa, sorpresa, David Beckham ya que también este último publicó un libro autobiográfico. Todos los capítulos glosan y critican una obra de o sobre cada uno de los personajes con enorme lucidez y un sentido del humor agudísimo que se manifiesta una y otra vez en las comparaciones que hace Eagleton. Hablando de Spivak, como teórica representativa de las teorías poscoloniales, nos dice: "La idea de lo postcolonial ha sido tan aporreada por los teóricos del postcolonialismo que utilizar dicha palabra sin reservas respecto de uno mismo equivaldría, casi, a autodenominarse 'gordo masturbador' o a confesar un furtivo interés en la coprofilia". En el caso de la autobiografía de Beckham, Eagleton nos avisa: "Leer este libro, que carece agresivamente de estilo, es casi como masticar obligadamente metro tras metro de muselina". Su libro Sobre el mal, un ensayo que se aleja de abstracciones casi inasequibles para tratar de aclarar qué entendemos por el mal en nuestras vidas literalmente, está dedicado con ironía demoledora a Henry Kissinger (y ya sabemos que las sentencias de este señor se parecen mucho a las de Groucho Marx pero no nos hacen la misma gracia).

El pasado enero salió aquí Cultura (Una fuerza peligrosa) y vuelve Eagleton a enganchar a quien lee de manera magistral por la claridad de sus argumentos, por su capacidad de conectar filósofos y poetas con personajes e ideas reconocibles a pie de calle. Como en el caso de ?i?ek, Eagleton no creen en el oscurantismo de élites cuando se trata de explicar y entender los aspectos culturales que son síntoma de quienes somos y lo que somos. Eagleton empieza por desbrozar los múltiples y a veces contradictorios significados de "cultura" no tanto para redescubrirnos el agua como para que nos demos cuenta de cómo se manipula la idea dependiendo de factores que a primera vista no parecerían tener relación alguna con "cultura". Lo mismo hace con respecto a "naturaleza" y "civilización" echando mano de pensadores como Oswald Spengler, John Stuart Mill o Robert J.C. Young, entre otro muchos. Eagleton trata la complejidad del tema, o los temas, con el respeto que se merecen, sin embargo no deja de amenizar nuestra lectura con frases como "La noción de civilización es, entre otras cosas, un juicio sobre la gente lo suficientemente desafortunada como para no tener bibliotecas públicas, calefacción central, Charlie Sheen o misiles de largo alcance", o "Dar a luz es natural, y también lo es la muerte. Es natural asustarse con un berrido salvaje en la noche, o que no te guste Russell Crowe". Además de hacernos sonreír, el propósito de Eagleton es comunicar los modos de vida normales y corrientes con las artes. Lo que parece interesarle y se esfuerza en que nos interese a nosotros es que la cultura y la civilización (o lo que así se consideran) no sigan ampliando la brecha entre quienes tienen y quienes no. Cuando acabamos de leer este libro, no estoy segura de que tengamos más claro qué es "cultura" pero sí estaremos bien preparados para hacer las preguntas que nos afectan en nuestro vivir diario.

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