Veo enormes columnas de humo.
Incendios creados en la mano
y alentados por el viento y la desidia.
Estoy rodeado de otros fuegos extinguidos/
que fueron gentes
con nombres y apellidos.
Lápidas gastadas, panteones fríos.
El cielo esta turbio por el humo
y la tierra dolida por la ausencia
de un amor claro.
Viento, mucho viento.
Que se extingan los fuegos,
mas no se enfríen los corazones,
son cosas pendientes este día
que un mismo dolor sostiene.