Frente a los modelos del patriarcado y el arrasamiento de los espacios naturales por el conglomerado tecno-económico, la obra de Cristina Ferrández ha venido oponiendo una exploración de espacios alternativos y una reconstrucción de los significantes de género. En esa línea hay que inscribir La fuga de Perséfone, una propuesta en la que se suman once fotografías en color y tres piezas de videoarte que registran igual número de "performances". La diosa griega, hija de Deméter y Zeus, se convierte en una reina del inframundo al ser raptada por Hades.
Este trabajo de Cristina Ferrández (alicantina de 1974 que vive y trabaja en Salas) se inaugura hoy en el Centro Antiguo Instituto, en Gijón. Escribe Natalia Alonso, comisaria de la exposición: "Mujeres que, bajo distintos estados y actitudes vitales, se muestran en relación íntima con una naturaleza en la que parecen buscar la respuesta a sus preguntas existenciales". Una exacta síntesis para describir unas obras en las que, según nos cuenta su autora, "Perséfone vincula al ser humano con el territorio".
Fotos de pequeño formato en las que, junto a las pertinentes gradaciones de color y los sugerentes matices, hay siempre algún elemento sorprendente que interroga y perturba al espectador. Cristina Ferrández, licenciada en Bellas Artes y una de las artistas asturianas seleccionadas reciéntemente para mostrar su obra fotográfica en Milán, ve en los mitos de Perséfone y su madre Deméter "las representaciones de aspectos femeninos y de la naturaleza, de los ciclos naturales y del territorio". Hasta una docena de mujeres han participado en las "video-performances" de esta creadora en la que imagen y reflexión expresan una lúcida mirada.
