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Arte

Memoria plástica de las historias de Pepe Carvalho

Imágenes de medio centenar de destacados artistas en una exposición homenaje a Manuel Vázquez Montalbán

Casi todos los de cierta edad, valga el eufemismo, hemos leído alguna novela de Manuel Vázquez Montalbán, aquel muy recordado barcelonés y tristemente desaparecido demasiado pronto en 2003. Destacado y prolífico escritor, poeta, ensayista y periodista (se graduó en la escuela Oficial de Periodismo de Barcelona, la titulación de aquel tiempo), su mayor éxito y reconocimiento lo obtuvo sin embargo como autor de novela policiaca, género en el que llegó a ocupar un espacio entonces vacío en la literatura española. Su obra causó primero sorpresa, luego admiración y finalmente la adición del lector de tramas policiales, siendo la suyas bien escritas, inteligentemente planteadas, y de gran capacidad para la identificación de sus lectores con el personaje de las novelas, el entrañable detective Pepe Carvalho (también con el ambiente de la vida cotidiana de Barcelona) a quien Manuel Vázquez Montalbán contagiaba su personal simpatía, su ironía y su pasión por la gastronomía, como sabiduría y como placer, Uno de sus lectores más adictos fue Andrea Camilleri, el escritor policiaco italiano más leído y traducido del mundo, quien le rindió el mejor homenaje para un novelista: poner a su propio protagonista el nombre de Salvo Montalbano, como reconocimiento a Vázquez Montalbán.

Me pareció conveniente este excurso o salida literaria por mejor ayudar a ver la exposición "Pepe Carvalho. Homenaje a Manuel Vázquez Montalbán", ahora en el edificio histórico de la Universidad. Una exposición cuya iniciativa se debió a Gabriel Serrano, también comisario de la muestra, el pasado año 2014 en Barcelona y tuvo su presentación internacional en la Feria del Libro de Frankfurt y luego una itinerancia por varios países europeos. Una selección de artistas plásticos, hay que decir que entre los mejores del arte español contemporáneo, y sin duda implicados en la significación del proyecto, fueron convocados para realizar una obra, sobre papel para los pintores, relacionado con una de las diez novelas policiacas publicadas por el escritor, leída primero como motivo. Son cerca del medio centenar de obras entre pinturas y esculturas, creadas desde distintas plásticas y el estilo característico de cada artista, la casi totalidad fechadas en 2014.

Aunque resulte inevitable, no debiera sentirse uno demasiado tentado a encontrar una relación, una perspectiva de comprensión con respeto al tema de cada novela en concreto, porque no son éstas las imágenes de un discurso sino de un sentimiento. Con todo hay estéticas cuya naturaleza es más propicia a lo narrativo y entonces el tema adquiere mayor evidencia, aunque esa evidencia aluda a cuestiones que seguramente el espectador no conoce, como es el caso de la pintura de Eduardo Arroyo, que siempre afirmó trabajar cada cuadro a partir de un contexto, incluso de imágenes existentes.

En general prima la abstracción o tendencias cercanas a ella, y por tanto la subjetividad y la autonomía de los valores plásticos, que serían en definitiva los portadores de posibles ideales metáforas, poética de emociones artísticas antes que de evidencias voluntarias. La exposición resulta grata y cómoda de ver, además de por su calidad, por la familiaridad que bastantes aficionados tendrá con la obra de los artistas representados, muchos de los cuales han expuesto en Oviedo, y por la comodidad que ofrece el montaje: un pequeño cartel con el título de cada una de las historias vividas por Pepe Carvalho y junto a él las obras que ha inspirado: Uslé, Victoria Civera, A ntón Patiño, Lamazares, Ciria, Broto, L eiro, J aume Plansa, Menchu Lamas, Abrahan Lacalle, T erence Moix, Feito, Genovés...

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