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Tinta fresca

Palabra y obra de Morricone

"En busca de aquel sonido" propone una larga y reveladora conversación con el genial compositor de cine

Un auténtico lujo: charlar con Ennio Morricone. Sí, el compositor de bandas sonoras que se ha colado en la memoria de varias generaciones con su música. Es ocioso presentarle pero, por si acaso, unos pocos datos: Nacido en Roma en 1928, ha prestado su talento a más de 500 películas y series de televisión. Ganador tardío de un "Oscar" por Los odiosos ocho (2016), que ni siquiera es uno de sus mejores trabajos, y de otro honorífico en 2006, Morricone cuenta en su carrera con títulos exquisitos como Días de cielo, La Misión o Cinema Paradiso, aunque su colaboración con Sergio Leone en westerns como La muerte tenía un precio o Erase una vez en América le convirtieron, también, en uno de los compositores más populares. La prueba definitiva: ha vendido más de 70 millones de discos.

En busca de aquel sonido (Mi música, mi vida) permite conocer de primera mano la opinión de Maestro sobre infinidad de cuestiones: ¿De qué hablamos ciuando hablamos de música? ¿Dónde arranca? ¿Con qué propósito? ¿Estudiar música hoy en día tiene algún sentido? ¿Por qué la llamada música culta vive una crisis tan profunda? ¿Cómo influyen la televisión y el cine, con sus evoluciones, en el consumo? El discípulo y confidente de Morricone, el también compositor Alessandro de Rosa, conversa con genio romano sobre asuntos de melodía más teórica, pero también recorren en una especie de gran travelling vital los recuerdos de una trayectoria singular y en la que la calidad siempre ha sido superior a los inevitables bajones de inspiración, en ocasiones superados recurriendo a copiarse a sí mismo en bandas sonoras demasiado repetitivas.

Morricone ha trabajado con cineastas que han escrito grandes capítulos de la historia de cine. Leone, por supuesto, en una colaboración que marcó un antes y un después en el estilo musical de los westerns (con el que coincidio en que era necesario dar "ese tono picaresco y agresivo, agudizarlo en la banda sonora"). Con maestros italianos de la talla de Pier Paolo Pasolini, Fellini, Scola o Bertolucci. Con cineastas norteamericanos como Quentin Tarantino, Brian de Palma u Oliver Stone. Incluso con españoles como Pedro Almodóvar, aunque no fuera una alianza provechosa. Además, Morricone tambien ha creado música que no estaba pensada para acompañar imágenes, y el libro es una oportunidad excelente para conocer mejor esa "música absoluta" que amplía y completa su talento.

Morricone es grande incluso en la humildad: "Un compositor gusta, comunica con la gente, y punto. Si además comunica con mucha gente, todavía mejor".

¿Verdad que sería un estupendo premio "Princesa de Asturias" de las Artes? A tiempo estamos.

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