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Tinta fresca

Rebeldes con causa

El talento sin renuncias de Mariano Antolín Rato alcanza su plenitud en Silencio tras el telón del sueño

A Mariano Antolín Rato le llama la atención que se haya hablado tan poco tras la publicación de su novela Silencio tras el telón del sueño de la presencia de Asturias en ella: "Sí hay referencias frecuentes a que su protagonista, Pedro Velasco, nació en Gijón. Pero a eso se reducen las alusiones a una ciudad que, junto a Oviedo, desempeña un papel importante en el libro. Es más, algunos de los episodios definitorios del personaje y sus relaciones familiares suceden en lugares, urbanos o no, de Asturias. En su pasado, y a través de la indirecta colaboración de su padre con los guerrilleros antifranquistas asturianos, existe una historia que no voy a destripar. Y por otra parte las relaciones ocasionales que mantiene con su hermano, catedrático en un instituto ovetense y militante comunista, sacan a relucir el ambiente de la resistencia al dictador en los medios universitarios de la época. Esta, al igual que toda la novela, corresponde a varios años de las décadas de 1960 y 1970. Durante ellos, recogidos en varias decenas de páginas de la novela, tanto Gijón como Oviedo pasan a un primer plano. Los recuerdos de la infancia y adolescencia de Pedro Velasco proceden de allí y dan origen -o eso he pretendido- a una visión, sino detallada, bastante precisa de cómo eran por entonces los modos de vida propios de las clases medias de ambas ciudades. Sin dejar de lado, claro, imágenes muy concretas del paisaje, las calles, los bares, las tertulias, la Catedral de Oviedo el Muro, de Gijón..."

No es Asturias el elemento básico de la narración pero "sí uno de los medios geográficos, junto a Madrid y varias ciudades europeas y norteamericanas, donde se desarrolla. Una historia de amores y desamores entre personajes jóvenes y rebeldes durante varios de los años más movidos, subversivos e inconformistas del siglo XX. Con amplias referencias e indagaciones sobre el mundo del arte, la literatura, la música, las drogas y la relaciones personales del momento. Sin que falten consideraciones políticas de la resistencia a la dictadura franquista y hasta unos versos de Ana Vanessa Gutiérrez, una de las poetas en asturiano que prefiero". Subraya el autor que "hay bastantes páginas en las que el servicio militar, aquella insoportable obligación impuesta por el Estado a los jóvenes, hoy felizmente suprimida, se trata y critica de modo implacable con cierta extensión. El terminante rechazo que se manifiesta hacia él, y las desagradables consecuencias que para algunos de los personajes tiene su falta de 'espíritu militar' quizá debían merecer mención".

Un joven novelista, probablemente Hemingway, pidió a la escritora Gertrude Stein que leyera un libro suyo aún inédito. No estaba seguro que fuera bueno. Y ella le respondió: "Si usted duda de él, ¿por qué demonios quiere obligarme a que lo lea?" No hay esa duda con un autor excepcional como Mariano Antolín Rato, cuya insomne rebeldía literaria no entiende de silencios ni telones.

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