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Libros

La oscuridad de la crisis

El leonés Luis Artigue novela en Donde siempre es medianoche el tiempo tenebroso de Silenza

Luis Artigue.

"Silenza y su oscuridad de cripta antigua" reza uno de los párrafos de Donde siempre es medianoche, la última novela de Luis Artigue, sobre una ciudad cercada por la crisis en la que siempre es de noche, en la que un fotoperiodista investiga tal hecho entre personajes que desbordan las páginas como el Anticristo Superstar y un escondido premio Nobel de astrofísica, además de otros personajes que viran hacia el apocalipsis más entumecido. La novela ha sido publicada por la editorial asturiana Pez de Plata con sus galas y puesta de largo habituales. "La escritura clarifica, pero no cura", escribe Artigue. En cualquier caso tonifica y sirve para dar un arrebato de luz a estos tiempos.

Luis Artigue analiza así el escribir una novela sobre la crisis con tintes de ciencia ficción: "Es que a mi juicio en narrativa la lógica fantástica tiene sentido cuando no está al servicio de un discurso de evasión; cuando es una lógica política? Eso por un lado? Por otro he de decir que lo que para unos es ciencia-ficción, lo que es distopía o terror gótico, para otros puede ser lo normal: de hecho yo nací en un pueblo de León y por eso no le tengo miedo a la oscuridad ya que en los pueblos de León es más fácil que lo asesinen a uno en una cena familiar que paseando de noche".

Artigue habla así de las pinceladas con los que conforma a los personajes que cobran, en ocasiones, una tenebrosa vida: "Los personajes de esta novela son inquietantes, y están perfilados con las armas de la narrativa gótica, del esperpento, el cómic y el psicoanálisis. Pero para mí la ciudad de Silenza también es un personaje de esta novela".

"La cultura como instinto de muerte" escribe el novelista leonés en un fragmento ante la futilidad y el mero y burdo entretenimiento, resumiéndolo así: "Silenza es una ciudad culta con universidad y museo de arte contemporáneo y un microtejido cultural underground, y sin embargo esto no la previene de la barbarie. A eso es a lo que Freud se refería en su libro El malestar de la cultura cuando habló de la cultura como instinto de muerte".

Otro pasaje sostiene: "esta noche espesa que ha llenado la ciudad de supersticiosas sectas, agoreros, espiritualistas", la palabrería y cierto mesianismo ha sustituido a la palabra, Artigue lo resume así: "El mensaje moral es que todos somos un relato, como nos enseña el psicoanálisis, y el secreto de la salud psíquica individual y social estriba en contar la historia que somos y que esa historia deje de ser tragedia o drama y pase a ser comedia: una novelas gótica escrita con humor viene a ser algo así como la voz enunciativa del dolor sin drama. Buen modo de ejemplificar que las crisis y adversidades y oscuridades tienen su lado positivo, que son lo que nos pone a prueba, lo que nos hace dar la medida de lo que somos? La noche es sobre todo una plataforma de intercambio luminoso". Ante la silente y tremebunda oscuridad de Silenza llegará la luz de la presencia humana encarnada en la figura de una mujer, como reconoce Artigue: "En efecto, de pronto llega a tu vida una persona de la que no puedes pasar por mucho que lo intentes, y eso es lo que lo cambia todo y lo ilumina todo? De las armas de las que dispone el ser humano para hacer frente a la angustia una es el humor y eso lo dejo claro en esta novela, y otra es el amor y eso en estas páginas queda también claro cuando aparece en escena Elisabeta, una bella y calculadora experta en matemáticas, que fuera en la adolescencia común el primer oscuro objeto de deseo del protagonista. Ellos dos acaban encontrándose en Silenza"

La gestación de la novela ha sido a lo largo de una enfermedad de su autor, algo que ha incidido en el proceso de escritura, como asiente Artigue: "En esta novela el personaje masculino protagonista, el Sabueso Informativo (un fotoperiodista de guerra que ha alcanzado el éxito por sus fotos y su perspicacia para huronear y conseguir contactos y pistas a la caza de grandes noticias vendibles para los grandes medios de comunicación, y que ha sido enviado a Silenza, su ciudad natal de la que se fue hace años y regresó para investigar tres casos) soy un poco yo mismo con todo mi cuadro médico apoteósico a cuestas pero retratado con mucho humor neurótico".

Abunda Artigue: "Igualmente mi experiencias del coma me ha servido para retratar una ciudad, Silenza, que está en coma, en la que no amanece y a la cual las autoridades llaman crisis económica a la noche que la cierne. Tanto la ciudad como el personaje -y en eso se parecen a mí- han pasado una enorme crisis pero el mensaje de esta novela es precisamente que necesitamos las crisis y la adversidad para saber y hacer saber que, si permanecemos atentos en medio de la oscuridad, veremos cómo la biología prevalece sobre el miedo".

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