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Tinta fresca

La catarsis circular de Roman Polanski

Un estudio riguroso y exhaustivo sobre la obra de un cineasta esencial

Joaquín Vallet apunta en su riguroso y exhaustivo estudio sobre la obra de Roman Polanski que si se observa la misma en su totalidad, "concibiendo cada película como parte de un todo, podemos comprobar que está ha ido cerrándose en sí misma, estableciendo una serie de turbadoras líneas de conexión con sus primeras piezas. No solo con El cuchillo en el agua sino, incluso, con sus primeros cortometrajes realizados en Polonia. Respondiendo uno de sus premisas estilísticas más importantes, la estructura circular, la filmografía de Román Polanski parece ahondar no tanto en los personajes que la integran y en las situaciones que plantea como en su propio biografía y en sus obsesiones como creador, llevando a cabo, mediante el arte cinematográfico, un necesario ejercicio de catarsis con el fin de exorcizar todos y cada uno de los fantasmas que ha ido acumulando lo largo de los años".

El cine de Polanski, por tanto, "no se puede (ni se debe) entender de manera ajena a sus traumáticas experiencias vitales, ya que éstas acaban justificando la esencia de cada película y, sobre todo, el objetivo de las mismas."

Su filmografía, sugiere Vallet, "da la sensación de hallarse preconcebida desde sus inicios debido tanto a su extraordinaria coherencia (a pesar de la multiplicidad de géneros que el cineasta ha ido abordando los largo de los años), como a su carácter continuista, cerrado en sí mismo inquietantemente dependiente tanto de la pieza previa como de la siguiente. Una obra, en definitiva, cuyos niveles de complejidad no son solo puramente cinematográficos si no que derivan en una línea de acción tan drásticamente fusionada con sus circunstancias íntimas que, por fuerza, acaban siendo piezas testimoniales. Ejemplos desgarrados, cínicos, de la lucha diaria de quien, en el fondo, es un superviviente de la faz más siniestra de la autodestrucción de occidente y de unos códigos morales autoimpuestos hacia los que cineasta siempre mostró su posición más beligerante".

Desde que el autor recuerda, "la línea entre la fantasía y la realidad ha estado siempre irremediablemente borrosa, así da inicio la biografía de Román Polanski y, en no pocos detalles, estas palabras acaban resultando una perfecta síntesis de su idiosincrasia artística. Fantasía y realidad. Bondad y maldad. Sexo y represión. Elementos antitéticos que abocan el cine de Polanski a una salvaje ambigüedad, la cual se revela como inclemente exposición de los fantasmas de nuestro tiempo. La indefinición de una civilización incrustado en su propia depravación y que no ve otra salida que llevar al extremo su tendencia inmolatoria para acabar cruzando una incierta frontera".

La frontera que cruza Carol al final de Repulsión, completamente perdida en los recovecos de su locura, así como la de Rosmary en La semilla del diablo, el Trelkovksky en El quimérico inquilino o Dean Corso en La novena puerta, náufragos de un tiempo agónico que precisa renacer en un nuevo estado. Aunque este no sea otro que el caos tanto psicológico como social". En definitiva, un texto que ayuda a entender más y mejor la obra de un cineasta esencial".

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