Las autoras de Lo que esconde el agujero dejan claro en el arranque que a ellas el porno les pone. O sea, que no escriben moralina sino filosóficas sospechas de que la explosión del ciberporno aporta muy poca rebeldía y mucho pliegue al engranaje neoliberal. Con el añadido de que, por primera vez, se ofrece a generaciones de adolescentes una guía deformada de iniciación al sexo, que excluye el amor y privilegia el agujero, la rudeza y la exhibición. De ahí que en estas páginas de las especialistas Analía Iglesias y Martha Zein haya, en el fondo, más política que sexo. Por supuesto, hay repaso crítico a todos los términos y situaciones que el lector conozca o imagine, además de una radiografía de un gran negocio. Pero más allá, frente a la escisión narcisista entre cuerpo y consciencia, hay una llamada a explorar el precioso valor de la piel que busca pieles para compartir con ellas sus carencias y no sólo rellenar agujeros.
La Brújula