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Calasso arroja luz sobre la era de la inconsistencia

La actualidad innombrable advierte de los peligros que acechan a la "sociedad secular"

Roberto Calasso.

Roberto Calasso es un escritor irreductible que se esconde detrás de una vasta y deslumbrante producción como "un animal oculto, enigmático y peligroso". Pietro Citati lo definió así cuando reseñó el ensayo Los cuarenta y nueve escalones. Ahora ve la luz La actualidad innombrable, el último eslabón de una cadena de ocho títulos que empieza con La ruina de Kasch y que Anagrama ha ido alumbrando en su colección Panorama de narrativas. Este, como los anteriores, es el fruto de una mirada aguda, desencantada y asombrada, que descansa sobre las cosas del mundo.

Calasso se enfrenta desde un punto de vista cultural y existencial al estado actual de estas cosas y a la que él mismo llama "era de la inconsistencia". L' innominabile attuale a que se refiere no es otra que lo que los sociólogos han definido como posmodernidad, la sociedad líquida, el resultado final de una implosión diseñada por el iluminismo. Un cruce de la realidad contemporánea que tiene su origen enunciativo en el poema dramático que Auden escribió en 1947, The Age of Anxiety, ambientado en un bar de Nueva York, donde los personajes se encuentran, beben, hablan y caminan; luego vuelven a beber, a hablar, y caminan un poco más. Finalmente, se van a casa. La frase del título, "la edad de la ansiedad", se ha utilizado para describir la conciencia de nuestro tiempo, los peligros del mundo moderno: la degradación del medio ambiente, la energía nuclear, el fundamentalismo religioso, las amenazas a la privacidad y la familia, las drogas, la pornografía, la violencia y el terrorismo.

"La inconsistencia es una incoherencia asesina", escribe el presidente y director literario de Adelphi. La era que la acoge, la sociedad experimental de aquellos profetas de Flaubert, Bouvard y Pécuchet, aglutina tribus sociales perfectamente definidas, los terroristas ejemplificados en la subespecie islamista, los transhumanistas, los turistas y los algoritmos. Son, entre otras, las variables de la especie humana dominante del homo saecularis que durante siglos ha acompañado a la historia de Europa como un huésped problemático y ambiguo.

En el transcurso de una centuria, escribe el autor, hemos pasado del dadaísmo de Dadá al dataísmo de Big Data. "Hay quien sostiene que Big Data suplantará a Sapiens y lo arrastrará como una brizna en el majestuoso flujo informático. Entonces estaremos cerca de saber casi todo lo que no nos interesa saber. Ulteriores algoritmos sabrán sin duda sacarle provecho". Lean como sigue: "Dadá fue el momento de la desconexión universal, reivindicada y perseguida a través de una sistemática abrasión del significado (la desconexión que se estaba llevando a cabo en los años 1914-1918). Dataísmo es el momento de la conexión coactiva, que suprime todo lo que queda fuera de ella y donde cada sujeto se vuelve un férreo e irrelevante soldadito de silicio en un ejército del que todos ignoran dónde se encuentra -si es que existe- el estado mayor". Los humanistas pensaban que las experiencias suceden en nosotros y que es en nuestro interior donde debemos encontrarles el significado. Los dataístas, en cambio, escribe Calasso, creen que las experiencias carecen de valor si no se comparten, que no es necesario encontrar respuestas a ellas dentro de nosotros mismos, únicamente enlazarlas con ese gran flujo de datos para que los algoritmos las descifren y nos digan en todo momento lo que tenemos que hacer.

Calasso señala oportunamente que la sociedad secular o laica ha dejado atrás cualquier intento de convicción. Su esencia es la tecnología. El sistema tecnológico, en que vivimos y del que vivimos, también incorpora otras concepciones de la vida, las acepta solo a condición de que no sean contrarias a los procedimientos vigentes, que no obstaculicen la máquina social y su camino. El pensamiento divergente está excluido de este horizonte por amenazas totalitarias. Para volver a pensar, sugiere el autor, deberíamos retomar la ruta de Nietzsche en el momento en que la tomó, pero no es tan fácil. La pérdida de raíces se manifiesta plenamente en el turista que, más que cualquier otro tipo humano, está impelido por las características generales de la época: el nomadismo cosmopolita, la usurpación o la supranacionalidad.

El mundo de hoy, señala Calasso, parece ignorar su pasado pero de repente se ilumina y cobra vida. Entre 1933 y 1945, emprendió un intento de autoaniquilación. Lo que sucedió después de ese año resultó abrumador. En la etapa actual los rasgos de entonces han experimentado una aceleración que tiene como resultado la actualidad innombrable. Calasso cita a los intelectuales involucrados con el fascismo, en general, y a los colaboracionistas franceses, en particular. Les atribuye una especie de desapego gentil, de distancia formal, de inconsciencia consciente, hacia los acontecimientos trágicos en los que participaron.

El libro está dividido en tres partes. El primer episodio, Turistas y terroristas, versa sobre el origen del terrorismo islamista y su repercusión el mundo contemporáneo, escurridizo hasta el punto de provocar la sensación de no saber dónde uno está poniendo los pies. El hombre que vive en el presente innombrable, definido por Calasso como homo saecularis, ha perdido no tanto la religión como el estremecimiento de lo sagrado, el sentido de lo divino. Experimentó un alivio pero sin poder vivir una posibilidad liberadora, más bien sintiéndose constantemente amenazado, agobiado por el peso de la inconsistencia. En la segunda parte, La Sociedad Vienesa del Gas, traza por medio de yuxtaposiciones y fragmentos perfectamente conectados la emergencia de 1933-1945, en la que la aniquilación del mundo obtuvo un éxito parcial. La historia está contada a través de testimonios de escritores e intelectuales, entre otros, Celine, Walter Benjamin, Leonard y Virginia Woolf, Becket, Brasillach, Roberto Bazlen, Ernst Jünger, Simone Weil, Klaus Mann, Curzio Malaparte, Vasily Grossman. Son posiblemente las mejores páginas. Calasso, a partir de una erudición sin límites, dibuja un fresco inquietante y esclarecedor, imposible de resumir. En la tercera y última parte, Avistamiento de las torres, recurre a Baudelaire, que describe un sueño, que es también un triste presagio: una inmensa torre se va a caer, no hay forma de encontrar la salida, pero nadie parece darse cuenta. Cuando la noticia del sueño alcanza a las naciones lo hace con una información terrible: las torres son dos y gemelas. Lo innombrable aparece como un misterio que se abre a nuevas e inquietantes posibilidades.

Un gran libro que no dejará indiferente a ningún lector interesado en el mundo en que vive.

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