La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Fondo Norte

Un acontecimiento que se merece el lleno

Entre las novedades de la fiesta del domingo no estará Kovacic ni tampoco David de Gea

El acontecimiento se merece el lleno completo, al margen de los consabidos matices de los abonados que están de vacaciones fuera de Gijón o de Asturias y que no van a acudir al partido del domingo en El Molinón y que no van a ceder su abono al club para que pueda vender la entrada. Son los matices que no pueden esconder que las entradas se hayan agotado. Las buenas costumbres, cuanto primero, mejor; si pregunto, ¿molesto?: ¿adónde llega el cargo de taquilla, que diría José María García, del partido del domingo? Seguro que habrá más de uno y de dos que serán capaces de calcularlo y dar con la cifra correcta. El cargo de taquilla, como el agudo lector ya habrá comprendido, es la cantidad total de la recaudación a la que llegue el club con todas las entradas vendidas y todos los suplementos de los abonos cumplimentados en las taquillas de El Molinón, antes, durante y después de las enormes colas.

Entre los enormes atractivos que ofrece el partido no estará el flamante fichaje del Real Madrid, Kovacic, llamado a ser el sustituto de Modric o Kroos cuando sufran lesiones, tarjetas o cansancio. Más de treinta millones de euros para cubrir las espaldas a los medios titulares; pura calderilla para el Real Madrid, cantidad inalcanzable para casi todos los clubes de Primera, Sporting incluido. El Madrid insinúa que no va a parar hasta el 31 de agosto, cuando se cierre el llamado mercado de verano. De Gea, el portero del Manchester United al que Van Gaal ha desplazado a la grada, es el objetivo irrenunciable. Tampoco estará en El Molinón al caer la tarde del domingo.

El Madrid afinó las piernas anoche ante el Galatasaray turco, con el que aparecen Sneijder, un buen futbolista que estuvo poco en el Bernabeu, y José Rodríguez, una gran promesa que parece haberse venido a menos. El Madrid espolvorea de jugadores, fichados o canteranos, medio mundo del fútbol.

Un mundo del fútbol que no parece haberse asombrado por la victoria del Athletic Bilbao en la Supercopa de España. El cuatro a cero de la ida marcó la vuelta, y más, la penúltima gamberrada de Piqué a quien alguien con galones debería decirle que no se puede ir por la vida insultando a los demás. La disculpa de que la expulsión del central cortó la remontada del Barcelona no ha colado, entre otras cosas porque Luis Enrique ha dicho que el Athletic ha sido justo campeón.

De la Supercopa sólo queda la incógnita de conocer la sanción que el Comité de Competición va a imponer al defensa azulgrana. Apuesten por una suspensión corta porque el exabrupto del futbolista será considerado como una desconsideración, asunto considerado menor por los comités. Y aquí, paz y después, gloria.

Los territorios rojiblancos, los que interesan, están volcados en la cita dominical. El gran timonel cita a los suyos hoy para el regreso a los entrenamientos. Mañana, sesión a puerta cerrada en el Anfield del Piles, que por algo ya se está en Primera, y el viernes y sábado, últimos ensayos para la fiesta del regreso a la categoría en la que el equipo quiere consolidarse. El Sporting afronta un año apasionante, vital para su futuro inmediato, vital para cada uno de los miembros de la plantilla. Casi nada.

Compartir el artículo

stats