No lo vieron en el campo tantos espectadores como se esperaba, de acuerdo con las expectativas manifestadas por los representantes de la Federación Asturiana, pero los aficionados que acudieron al Carlos Tartiere para presenciar el España-Eslovaquia tuvieron la fortuna de asistir a un buen espectáculo futbolístico.
España recuperó su mejor versión en el campo oviedista, lo que le permitió deshacerse del principal rival para la clasificación directa a la fase final de la Eurocopa sin grandes problemas.
Con los jugadores dotados de mejores cualidades técnicas al mando del equipo apoyados por la notable eficacia de Busquets las combinaciones rápidas y profundas fueron demasiado para una Eslovaquia empequeñecida desde el primer momento por el aluvión de juego que se le venía encima.
La jugada del tanto marcado por Jordi Alba es de las que pasará a la antología que recoge los mejores goles de la selección española, en especial por el impresionante pase de David Silva, uno de esos jugadores especiales que distingue a un equipo, que sobre todo en el primer periodo fue el de los mejores tiempos, el que asombró al mundo encadenando títulos.
Como no todo puede ser perfecto, pero a pesar de ello no hay por qué dejar de hacerlo constar, una vez más fue evidente que a Diego Costa le resulta difícil integrarse en el juego de toque que caracteriza a este equipo. El delantero del Chelsea tiene una forma de jugar que no pega con la velocidad a la que son capaces de jugar Iniesta, Pedro, Cesc o el ya citado Silva.
Otro lunar fue la actuación de Sergio Ramos. El central volvió a demostrar que no está en su mejor momento. Fue el que dió pie a la mayoría de las amenazas eslovacas, sobre todo una al comienzo del partido por caer en un error que suele cometer con mucha frecuencia, el de creerse bastante mejor de lo que es.
