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Psicoesteta

Oviedo vuelve a marcar la reconquista

La selección mantiene el pleno de triunfos en el Carlos Tartiere

Hacía 8 años que la Selección Española de Fútbol no jugaba en Oviedo. Lejos queda aquel 12 de octubre de 2007 cuando España derrotó a Letonia en un partido de clasificación para la Eurocopa de Austria y Suiza, donde comenzó su ciclo triunfal, ese que no ha conseguido ninguna selección nacional hasta la fecha: título de campeón de Europa, campeón del Mundo y, de nuevo, título de campeón de Europa. Mucho han cambiado las cosas desde entonces. En el recuerdo quedan, entre otros, el malogrado Luis Aragonés de quien guardamos un cariño especial en esta tierra.

El sábado volvió a jugar España en el Carlos Tartiere y volvió a ganar. Y volvió a mostrar su mejor cara, esa que asombró al planeta con un estilo inédito de fútbol total. El césped de la Ería se está convirtiendo en talismán: tres partidos, tres victorias. La del sábado, crucial de cara a la clasificación para el Europeo del próximo año donde la Selección defiende el título.

Para cualquier asturiano aficionado al fútbol es un motivo añadido de satisfacción que España haya recuperado aquí su mejor versión. En nuestra casa, la suya. A nivel personal, el orgullo se multiplica. Oviedo y Asturias nunca han dado ni darán la espalda a la Selección.

Llevo 24 años acompañando a la Selección. He compartido vivencias con varias generaciones de futbolistas. Los chicos de ahora, estrellas mundiales, con palmarés a sus espaldas inigualables, me volvieron a arropar y a mostrar su afecto y cariño. Volví a tener la oportunidad de atenderles. De darles esos pequeños retoques que potencian su imagen. Digo retoques porque cada vez se esmeran más en cuidar su imagen personal, otro motivo de satisfacción para alguien como yo que defiendo la importancia de ese aspecto como parte fundamental para alcanzar el éxito en cualquier faceta de la vida independientemente de la profesión de la que hablemos. Quiero tener una mención especial para David Silva por el obsequio de su camiseta que me hizo aunque él, humilde y cercano como todos ellos, se encargó de subrayar que el detalle era en nombre del colectivo.

También quiero resaltar las palabras de agradecimiento que me brindaron dirigentes de la Real Federación Española de Fútbol por el artículo que escribí en recuerdo de Iker Casillas y Xavi Hernández publicado hace unos días en LA NUEVA ESPAÑA. Más allá de títulos, partidos oficiales, concentraciones y ruedas de prensa, los lazos afectivos, después de tantos años, son muy estrechos. Por supuesto, no puedo dejar sin mencionar a Maximino Martínez y todo el equipo de la Federación Asturiana de Fútbol. Suyo es el mérito -brillante broche a la recepción de la Medalla de Plata concedida por el Gobierno del Principado- de haber tenido la oportunidad de volver a ver a España en Oviedo, esa ciudad que vuelve a guiar la reconquista. Un placer.

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