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Un Oviedo que no duda, ataca

El 4-4-2 empuja a los azules a echarse hacia adelante y buscar al rival en su campo

Dice Egea, y no le falta razón, que lo del sistema es algo relativo. Que, claro, luego los jugadores se mueven. Sale al paso de los debates en torno al sistema a elegir. Ayer Egea al fin se decidió por un sistema con dos delanteros puros. El 4-4-2 crea demasiadas expectativas en el aficionado (por eso de que los delanteros copan portadas) pero también encierra algunos riesgos: caer en un excesivo juego directo es el mayor peligro. El Oviedo de Zorrilla, al margen de dibujos, fue más eléctrico que nunca. Como si Egea hubiera dividido el césped en diversos sectores. El centro del campo solo como lugar de paso ligero. Las alas, calles de 100 metros, para esprintar. El área rival, campamento base de dos sherpas del gol: Toché y Linares. Colaboró el Valladolid en la trama, con una marcha menos en cada acción. Cohibido ante el miedo a fracasar. Fue el guión que quería el Oviedo, que debió sentenciar antes. Nota alta para el primer examen al 4-4-2. La siguiente prueba, contrastar su éxito ante equipos que defiendan más atrás y no concedan tantos espacios.

La ansiedad en otras plazas

La clave del wifi en las cabinas de Zorrilla es "Peternac", que es algo así como una contraseña "Dely Valdés" en el Tartiere. Síntoma claro de que en Valladolid, como en Oviedo, se suele echar un vistazo al pasado de vez en cuando. Como en la capital del Principado hay ansiedad, aunque en más dosis. El Oviedo supo jugar con esa presión extra. Los azules sabían que salir mandando era una invitación a hacerse notar al sector más crítico. En 20 minutos, a medio Zorrilla le incomodaba el asiento; su equipo perdía 1-2 y las sensaciones no invitaban al optimismo. La grada, casi siempre, también cuenta en el guión de un partido.

La pizarra de Egea

Egea apela a la sensatez siempre que puede. La solución más sencilla se puede convertir en la más correcta. La teoría también se puede aplicar a la estrategia. Desde que llegó Egea, el Oviedo ha repetido insistentemente la misma jugada a balón parado. Un central bloquea y el otro corre al espacio. Seguramente, la primera lección de la libreta de apuntes en la perfecta estrategia de un entrenador. Para los centrales del Oviedo es un movimiento mecanizado, automático. Tan instintivo como cederle el asiento a una persona mayor en el transporte urbano. Ayer, la jugada volvió a funcionar. David encontró el espacio y cedió al centro. Toché solo tuvo que poner la firma para cerrar la jugada. Fórmula sencilla, resultado excepcional.

Susaeta, dos en uno

Susaeta reúne dos futbolistas en uno. Cuando está con chispa resulta imparable. Su repertorio va ampliándose con el paso del tiempo, eterno aprendizaje. Puede abrirse a la cal y poner centros peligrosos. Sabe jugar al primer toque, en corto, y desplazar en largo. En posiciones centradas, combina como el futbolista que nunca se queda en el rondo. Ahora, el Oviedo disfruta de su versión más lucida. Es, hasta la fecha, el jugador franquicia de esta temporada. Llegarán las semanas cuesta abajo, todos las tienen, y Susaeta se refugiará en su otra faceta, la del especialista. En los días más aciagos, el vasco puede desequilibrar desde la esquina o en una falta desde cualquier sector. Hoy por hoy, quizás sea el único indiscutible en los planes de Egea.

Sin el espíritu de Shoji Jo

En plena vorágine de ampliar fronteras, años 90, el Valladolid se decidió a fichar un delantero japonés. Shoji Jo era su nombre. El tipo coleccionaba sonrisas, flashes y poco fútbol. Manzano, el técnico, decidió darle la titularidad ante el Oviedo en un duelo de la 1999-2000. Marcó dos goles. De aquellas, el Oviedo levantaba el ánimo al más triste. El Valladolid llegaba a la cita de ayer sin su portero titular, convocado con la sub-21 de España. También sin el suplente, con la sub-21 de Portugal. Error grave de configuración de plantilla, parece a simple vista. En esas circunstancias apareció Julio, portero del filial; curiosamente, mayor que los dos ausentes. A muchos se le apareció el temor a un nuevo caso Shoji Jo. "Ahora se saldrá contra el Oviedo...", pensaba el más cenizo. Pero a los azules les ha cambiado la suerte. Al menos en cuanto a lo de encumbrar a héroes anónimos.

¿Mensajes subliminales?

En sus dos últimas intervenciones públicas, Egea ha apelado a la calma y al trabajo sosegado. Ha puesto de ejemplo la exitosa temporada pasada, el mejor recuerdo posible. En Zorrilla, el entrenador se refirió en un par de ocasiones a pedir paciencia a "los de mi casa". ¿Se refiere Egea con la expresión únicamente a la masa social o es un mensaje para alguien más? ¿Siente el argentino el respaldo de todos los estamentos del club?

A la tabla, de reojo

El Oviedo pasará una plácida semana, Copa incluida, en puestos de play-off. La igualdad en Segunda es tal que el Oviedo es sexto, a cuatro puntos del ascenso directo y a cuatro puntos del descenso. En una competición tan exigente conviene no hacer más caso del necesario a la tabla. Al menos hasta que queden un par de meses.

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