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Fútbol Segunda División: Análisis

Nacho Azparren

Descanso tras las batallas

Los de Egea basan su candidatura en una receta poco habitual entre los fuertes: ataque feroz, defensa delicada

El Oviedo sale sonriendo de la semana más exigente. Mucho se había hablado sobre los tres partidos disputados de forma continua en siete días. En Valladolid, los azules descubrieron que el 4-4-2 debía servir como faro. En la Copa, a pesar de la eliminación, la lección tenía que ver con el esfuerzo colectivo y el trabajo grupal. Hay derrotas que duelen un poquito menos. Puestos a seguir con las conclusiones positivas, ante el Alcorcón se mostró que en el área, el Oviedo no perdona. En el área contraria, conviene matizar. Tras la sucesión de esfuerzos, Egea ha premiado a sus chicos con dos días y medio de descanso. Volverán al trabajo el martes por la tarde. Además del reposo a las piernas, también se trata de oxigenar las ideas. El cansancio mental puede ser tan peligroso como el muscular. Analizando el cómputo total de la semana, los dos días y medio suenan a descanso merecido.

El Oviedo se llevó tres en la Copa, en otro golpe en su intento de maquillar su estadística en la zaga, y sin embargo muchas de las conclusiones positivas de aquella noche tenían que ver con el aspecto defensivo. Al menos en inferioridad numérica. Con 9 jugadores se vio al Oviedo más generoso de la temporada. La imagen tuvo además efectos directos sobre la afición. Egea condensó la idea en una frase: "Perdimos pero salimos reforzados". Cuando el Alcorcón apretó en determinados momentos del partido de ayer, la mayoría del choque para ser precisos, los azules regresaron a la versión más gregaria de su defensa. Con los extremos, novedad ésta, echando un cable a los laterales y los pivotes rompiendo el cuentakilómetros. Cuando el doble muro no resultó eficaz apareció Esteban para recordar que su aportación crece en los momentos de mayor angustia. El Oviedo cerró espacios durante buena parte del choque pero se diluyó en el balón parado: dos goles en contra y un larguero temblando. La valía del Oviedo se centra hasta ahora en su temible ataque.

A contracorriente

La norma no escrita pero cacareada de forma insistente dice que los equipos que quieren triunfar en Segunda deben partir de una férrea defensa. El Oviedo este año quiere llevar la contraria. Lleva la bandera de otro estilo. Lo suyo tiene que ver con las áreas rivales, allí es dónde se hace fuerte. Tiene delanteros con hambre, extremos de largo recorrido y una pizarra plena de efectividad. El Alcorcón, uno de esos equipos que siguen la norma no escrita al pie de la letra, llegó al Tartiere con solo seis goles en contra como motivo de orgullo. Recibió tres. El equipo de Egea tiene dinamita y, tras algunas dudas en el inicio, se ha decidió a mostrarla públicamente con orgullo.

Delanteros con don

Una película de ciencia ficción llamada Next relata las peripecias de un mago con un don especial: es capaz de ver nítido en su cabeza lo que va a ocurrir los próximos 2 minutos. El truco le permite al sujeto, Nicholas Cage, evitar cualquier tipo de peligro. Hay delanteros que, seguramente con mejores dotes interpretativas que el insulso Cage, tienen un don similar y visualizan antes que nadie lo que va a ocurrir en el área. Cuando Susaeta armó la zurda y todo el mundo asistía impaciente al resultado, Toché ya se había imaginado el disparo, el rechace e incluso había calculado el lugar dónde acabaría la pelota. Muchas veces la velocidad en el fútbol depende de las ideas más que de las piernas.

El frustrado antídoto ideado por Egea

Jonathan Vila rozó tanto con Campaña durante media hora que es probable que al final del partido se intercambiaran los números de teléfono. El Alcorcón defiende ordenado, aprovecha los espacios y no rehúsa a construir la jugada. Todo lo que sea fútbol elaborado pasa necesariamente por los pies de Campaña. Vila, central que puede jugar de pivote o pivote que se las arregla como central, fue el antídoto encontrado por Egea para cerrar esa vía. Siempre cerca del cerebro rival. A la media hora, Verdés se rompió y Vila pasó al centro de la defensa. El fútbol y sus accidentes no previstos. Campaña, aliviado, empezó a respirar y jugar más suelto. El Alcorcón lo agradeció y se hizo con el mando.

El primer control

A Toché, protagonista ayer, le resultan más sencillas las cosas cuando tiene a Koné a su lado. Y eso que su actuación no fue tan espectacular como en la Copa. Hasta ahora se conocían varias cosas del africano. Que era rápido es lo más evidente. Que es un goleador se sabe desde aquella temporada explosiva en el Racing. Los que se han entrenado con él también destacan su habilidad y destreza con la pelota. La potencia sin control no sirve de nada, decía aquel anuncio de los neumáticos Pirelli. Durante sus entrenamientos en El Requexón, el africano muestra continuamente uno de los movimientos favoritos: el primer control. Para muchos, el primer impacto con la pelota es lo que diferencia a un futbolista de la élite con otro de la media. Fíjense en Silva. Koné explota continuamente un movimiento característico. Fija al central con el cuerpo, recibe de espaldas y con el primer toque pone la pelota en disposición de jugar. Su velocidad le ayuda en la salida. El marfileño juega con la ventaja que le da su físico pero su habilidad es notable.

La clasificación, de reojo (parte 2)

Tras la victoria en Valladolid, el Oviedo ascendió a puestos de play-off. Palabras mayores, más aún cuando se trata de un recién ascendido en busca de un necesario tiempo de adaptación. El discurso nacido desde el vestuario prefería no hacer demasiado caso a la tabla. El triunfo de ayer deja a los azules terceros, aunque con varios partidos por disputar antes de cerrar la jornada. El discurso no varía: es pronto para las conclusiones. Pero hay algunas reflexiones que son importantes. Como la que hizo Esteban, ayer, minutos después de acabar el choque: "El Alcorcón es el mejor rival que nos hemos encontrado hasta ahora". Ganar a un rival de los duros, estupendo síntoma.

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