Los grandes llevan vidas paralelas; vaya si las llevan. El Sporting va a proceder, según todos los indicios, va a recuperar para su portería a Cuéllar al día siguiente de que el Real Madrid cambie su portero, Casilla, sin "ese" final por supuesto, por Keylor Navas, lesionado en el mejor momento de su vida deportiva. Vidas paralelas en la portería y en alguna cosa más, damas y caballeros, señoras y señores diputados. En otras hay diferencias notables. Por ejemplo, no se sabe que Pablo Iglesias, el líder emergente o decadente, que ya no se sabe si está subiendo o bajando en las encuestas, se niegue a visitar el palco del Anfield del Piles como se niega a visitar al palco del Bernabéu, donde, por lo visto, sólo hay llanto y crujir de dientes. Cincuenta minutos de entrevista en un programa deportivo de la medianoche que pelea por subir la audiencia. Para los índices de audiencia se hace lo que sea necesario y hasta lo innecesario.

El Sporting anda sobrado de audiencia porque las buenas gentes rojiblancas forman multitudes. De lo que anda necesitado es de puntos para consolidarse en Primera División, que es la categoría desde la que logrará sanear sus cuentas, ahora mismo un dolor. El gran timonel, aferrado a su proverbial sensatez, decía ayer en Mareo que la posición actual del equipo es la soñada por él, y por todos se supone, porque es posición de permanencia. Y no hay más que hablar. Quienes pensaron después del empate sin goles ante el Real Madrid que el Sporting era uno de los aspirantes a la Europa League no eran más que ilusos que no se habían parado a analizar la realidad de la plantilla que tiene a sus órdenes el entrenador rojiblanco.

Por cierto, que diría García Ferreras, Abelardo insistió en su semanal rueda de prensa previa al partido en la necesidad que tiene Carlos Castro en cuidar la alimentación y en hacer frecuentes visitas al gimnasio, y no precisamente para contar las mancuernas, sino para hacer ejercicios específicos. A ver si el chaval hace caso al gran timonel.

Claro que en días tan señalados como las vísperas de la llegada del Málaga hay que mantener las buenas costumbres; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿qué media de padres de futbolistas del primer equipo rojiblanco comparece en cada entrenamiento? El número puede ser, sin duda, un buen termómetro para comprender algunas cosas.

Otra buena costumbre, con el debido respeto, es sintonizar el canal historia. Los veteranos aficionados sin duda recordarán aquella visita en noche de domingo otoñal del Málaga de Viberti al Anfield del Piles, con gol de falta de Panchulo anulado por un árbitro apellidado Camacho, de quien años después se descubrió que lideraba la trama arbitral corrupta. Se supo que el Málaga era uno de sus principales clientes, sobre todo en los comienzos de temporada. Aquel Málaga acumulaba puntos en las primeras jornadas para vivir luego más cómodo. Eran los tiempos de los partidos televisados en la noche del domingo, en blanco y negro, por supuesto. Camacho no tenía miedo a las cámaras, como se descubrió en aquel partido que fue un auténtico escandalazo. Ganó el Málaga por cero a uno, que fue lo de menos.