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Benítez y el efecto gaseosa

Sus promesas fueron "trabajo, dedicación y ganar títulos", y la verdad es que se le están viendo carencias importantes en el Madrid

Conocí a Rafa Benítez (aunque nuestra relación siempre fue esporádica) en la década de los 90, cuando el firmante dirigía la Revista "El Entrenador Español", que editaba el Comité Nacional de Entrenadores, de la R.F.E.F., por aquél entonces presidido por el siempre recordado Horacio Leiva (q.e.p.d) -la persona que mas ha hecho y luchado por el entrenador español, y que tan poco reconocimiento ha tenido-, ya que me remitía de forma constante sus artículos, para su publicación. Un metódico estudioso del mundo del fútbol. Muy preparado, como certifican sus diversos títulos académicos que le contemplan: entrenador nacional, licenciado en INEF, diplomado en empresariales, así como una seria de certificaciones diversas que le hacen tener un importantísimo equipamiento académico. No cabe la menor duda, que nadie puede poner en tela de juicio los conocimientos adquiridos, y que posee, Rafael Benítez Maudes.

Como jugador, fue un normal futbolista, que desde la plataforma importante de la cantera del Real Madrid, se esperaba llegara a cotas mucho más altas. No fue así por diversas circunstancias. No todos llegan a la élite, pese a estar en esa importante cantera. Aparte, sufrió una lesión complicada que le hizo abandonar la práctica deportiva. Pero esto no era óbice para que una persona con su preparación, dejara huérfano su importante caudal de conocimientos y no los aplicara en la faceta de entrenador. Sus primeros pasos en esa ocupación, fueron el augurio de que había un gran técnico en ciernes. Tras patear la geografía española en clubes de segunda división, le llega su explosión deportiva como entrenador en el Valencia, doblete de ligas y una UEFA. Posteriormente, sigue triunfando en el Liverpool conquistando la FA Cup, Community Shield, y redondeando su impresionante paso por el club inglés, con la Champions y la Supercopa de Europa. Su posterior fichaje por el Inter, que había abandonado Mourinho tras haber ganado todos los títulos posibles, resultó un tanto polémico, por lo que representa la figura del portugués en todos los aspectos. La Supercopa de Italia y el Mundialito de clubes, no fueron suficiente bagaje para hacer olvidar a su antecesor. Su paso por el Chelsea resultó bastante oscuro, con solo el titulo de la UEFA. Abandonó Inglaterra para fichar por el Nápoles, donde también se puede considerar un discurrir ordinario, en un club que bajo su dirección solo consiguió una copa y una Supercopa de Italia. Su curriculum entraba en una dinámica descendente, perjudicial para su carrera.

Pese a todo lo anterior, por fin consigue hacer realidad su sueño: fichar por el club de sus inicios. Tras una serie de descalabros continuados padecidos por el club blanco, del fracasado "director deportivo", Florentino Pérez, hace que éste se deje aconsejar por su segundo -José Ángel Sánchez, gran amigo y valedor de Rafa-, para que el madrileño cumpla el deseo más ardiente de su fuero interno. Tiene tres años con el Madrid. Sus promesas cuando fichó eran: "trabajo, dedicación y ganar títulos". La verdad que se le están viendo otras carencias de índole importante, en el conglomerado de un equipo como el Madrid (las declaraciones que realiza, están significando un obstáculo contra sí mismo), y empiezan a rebajar la euforia primitiva, y esto continuará con la cuesta descendiente de la carrera del técnico, de la misma forma que el juego merengue se diluye en el transcurso de los partidos. En el fútbol no se vive de recuerdos, y el ayer no cuenta. Puede resultar cruel, pero es la realidad de este juego.

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