Mal partido del Sporting, que no supo contrarrestar la forma de jugar del rival.
Los rojiblancos salieron dominando, aunque sin crear peligro, y poco a poco el juego se niveló. En la primera parte, el Levante tuvo cuatro ocasiones y aprovechó tres, con despistes defensivos incluidos; los locales, por su parte, tuvieron alguna ocasión que no pudieron resolver. En la segunda parte, con todo en contra, el equipo tuvo algunas oportunidades claras, como el penalti fallado y el posterior rechace, pero no era el día de ningún jugador.
El Levante, que venía muy necesitado, jugó un buen partido, totalmente concentrado, atacando y presionando en bloque y sin desmayo y perfectamente colocado. Por el contrario, el Sporting no pudo o no supo contrarrestar al rival. Es verdad que el Sporting en la segunda parte tuvo al menos dos claras ocasiones, pero fue a base de corazón más que de cabeza y todo deber ir a la par. Creo que los rojiblancos tuvieron al menos dos problemas: uno es la forma de defender las bandas, con unos laterales que se muestran vulnerables cuando tienen enfrente jugadores rápidos y de calidad, sobre todo si los centrocampistas de banda y el resto del equipo no bascula en labores defensivas y la otra es que, a menudo, estamos en inferioridad numérica en el centro del campo y es aquí donde se ganan los partidos. Confiamos plenamente en el equipo y hay que seguir animando, sin descanso, pues todos sabíamos que este año iba a ser muy difícil, dada la igualdad en la categoría y el corto presupuesto con que cuentan los rojiblancos que parten en clara desventaja con el resto.