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Fondo Norte

Un partido para jugar sin complejos

El Celta no es mejor que el Atlético de Madrid, al que los rojiblancos frenaron salvo en el descuento

Llegó el día. Ni el de la bestia ni el de la marmota. Llegó el día en que habrá que estar con los dos ojos en el césped de Balaídos y con los otros dos en las gradas a ver cuántos miembros del pueblo fiel rojiblanco se hicieron con entradas para acceder al campo de fútbol en contra de los deseos de algún mando intermedio celtista al que sus superiores no quisieron desautorizar pese a la sonora metedura de pata. Los propios vigueses, industriales de la plaza, hosteleros, hoteleros y vecinos en general, han reconocido el error del club, que se ha escondido en disculpas de mal pagador. El propio gran timonel sentenció con acierto, como siempre, que no hay situación más bella que dos amigos con bufandas rivales viendo el partido de sus equipos. Una cosa es el control de los violentos y otra, rechazar a peñistas y aficionados de solera, como es el caso.

Al margen de la incidencia ocurrida con las entradas, está claro que el Sporting juega uno de esos partidos que más de uno tiene señalados con una cruz en el calendario. Tras dos derrotas consecutivas, la segunda, la del Levante, más dolorosa, los rojiblancos necesitan ganar para que no se echen encima los que vienen por detrás apretando, pongamos que sean el propio Levante, el Granada de los drones de Sandoval, o la UD Las Palmas, próximo visitante del Anfield del Piles. Hablar de victoria en Balaídos, donde el Celta doblegó con dureza a todo un Barcelona y plantó cara al disminuido Real Madrid, puede que suene a vana ilusión, pero parece claro que la chavalería abelardiana puede jugar mejor o puede ganar o perder, pero jamás sale a un campo con complejos. El Celta, damas y caballeros, señoras y señores diputados, no es mejor que el Atlético de Madrid, al que los rojiblancos, aquel día amarillos, le dieron un susto de muerte. Como que hasta el descuento no fueron capaces de doblegarlos.

Con ese plan ha de salir el Sporting esta noche en busca de esos tres puntos que lo sitúen en la frontera de los quince, frontera que tiene a la vista desde la victoria, la única en el Anfield del Piles, ante el Málaga, que huele a crisis seria por lo que está sucediendo en el club andaluz. Ante los andaluces del Betis van a jugar los rojiblancos el miércoles que viene partido de ida de la eliminatoria de Copa del Rey, con vuelta en el mismo mes de diciembre, que deja un domingo libre al Sporting por la presencia del Barcelona en el Mundialito de clubes. El equipo de Abelardo despide el mes y el año triunfal el día 30 en Éibar, en horario que permitirá un amplio margen de maniobra para el regreso.

La jornada, partido de Vigo al margen, reserva pocos acontecimientos de relieve. Los ojos van a estar puestos en Éibar, donde juega el Real Madrid, al que el equipo de Mendilibar puede darle una estocada en todo lo alto. Los vascos están haciendo una campaña más que estimable y están en una racha que quizá no pueda cortar un Madrid que se ha quedado sin defensas: Sergio Ramos, Varane y Marcelo serán bajas; tres de los cuatro titulares habituales. El puesto que queda libre lo suele ocupar Danilo, al que ayer un grupo de seguidores blancos llamaba "paquete" cuando abandonaba Valdebebas. Prueba grande para un Madrid descosido, con Benítez en el objetivo de muchos y diversos francotiradores.

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