El partido ante el Getafe, tras la derrota en Éibar, era muy importante.

El Sporting empezó muy bien, presionando y dominando, ante un rival que intentaba tocar, pero que se vio sorprendido por el empuje local.

En esta primera parte, con el gol de Sanabria al cuarto de hora, el equipo, si bien no tuvo muchas ocasiones, sí debió echar el resto y matar el partido, pero ya sabemos lo que le cuesta hacer gol.

Tras el descanso, un equipo desdibujado, dando una imagen de total desconcierto, se vio superado en el medio campo de forma increíble, pues en dos pases, ya estaba el Getafe cerca del área local y si bien no tiraron mucho a puerta, hicieron lo suficiente para aprovechar dos ocasiones y llevarse los tres puntos, incluso se permitieron el lujo de tirar un penalti al poste. El Sporting intentó reaccionar, pero no pudo.

El Sporting lleva varias jornadas en que juega de forma muy irregular; todos sabemos que los rivales tienen más potencial, por los fichajes, pero lo que no se puede perder es la concentración defensiva, y esto es aplicable a todos, defensas, medios y delanteros; es como si de repente, el equipo se descentra y echa por la borda en diez minutos, el resto del trabajo.

Ante equipos cono el Real Madrid o el Atlético de Madrid, el Sporting hizo un gran partido y la clave fue la forma de defender y presionar al rival, en bloque y concentrado; creo que ese es el camino a seguir.

Por último, comentar la mala actuación del árbitro, que incomprensiblemente, perjudicó al Sporting todo lo que pudo, perdonando tarjetas claras al Getafe y dejándoles perder tiempo. Si esto te pasa en casa y ante equipos de la zona media-baja de la tabla, apañados estamos para lo que nos espera.