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Una visita preocupante

Jémez ha recompuesto el habitual descosido que le hacen cada verano, con Felipe minimizando daños

Jugar con el Rayo es también hacerlo a la ruleta rusa. El conjunto vallecano ha conseguido salir del descenso con su buen arranque de esta segunda vuelta en la que todavía no conoce la derrota. La consecuencia es que ahora en Vallecas reina la euforia después de los nubarrones. Y también que una vez más Paco Jémez ha recompuesto el habitual descosido que le hacen en el equipo cada verano y en el que Felipe Miñambres busca minimizar daños. La eterna historia de los equipos modestos que resulta tan cercana.

Jémez, del que se alaba su apuesta por el buen fútbol, ha mutado en Miku la función de goleador del equipo, que primero llevaba Javi Guerra (nueve tantos). El venezolano parece que acepta el reto y lo paga con balones a la red. Esos son los aparentes máximos peligros que luce el próximo visitante de El Molinón. Pero la sala de máquinas franjirroja sigue al mando de Trashorras, y por ahí pasa la mayor parte del caudal de juego vallecano. Sus 34 años no le han restado mando en esa parcela mediocampista en la que se mueve, y la pasada temporada figuró en alguna estadística como mejor pasador de la Liga, relegando a Kroos a la segunda posición.

Todo ello para complicar un poco más el sudoku de Abelardo. Primera cuestión: ¿apostar por la magia o encomendarse al poderío físico? El virtuosismo puede ser tentador, pero la reciente estadística lleva a volver a confiar en Ndi, espléndido tanto en la conducción como en la ayuda a la medular, donde sorprende Rachid haciendo casi todo bien con sencilla elegancia. Segunda: ¿habrá descansos? Lora, Mascarell, Halilovic (que es compatible en la derecha con Ndi), Nacho Cases y compañía llaman a la puerta. Lo que está claro es que estos son los problemas, las dudas, que quieren tener los entrenadores.

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