La penúltima visita del Elche al Carlos Tartiere, en el año 2002, resultó ser el principio del fin de una era del oviedismo. Con la abultada derrota (3-6) ante los ilicitanos, los azules (que la temporada anterior habían descendido) perdieron gran parte de las opciones de regresar a la categoría de oro del fútbol español e iniciaron su camino hacia el infierno de la competición no profesional del que, por fin, lograron salir el año pasado.
Regresa el Elche al Tartiere y su retorno, paradójicamente, puede volver a ser de nuevo punto de inflexión en la historia del Oviedo. Pero ahora, a diferencia de lo sucedido hace catorce años, de lo que se trata es de continuar creciendo y no de evitar seguir cayendo como era entonces. Los ánimos de la afición son muy distintos: prevalece la confianza en el equipo, que en lo que va de campaña ha respondido a las expectativas levantadas. Y eso, siendo como es un equipo nuevo en la categoría.
El actual Oviedo va hacia arriba, no viene de arriba como el de 2002. Y, además, está en racha. Por eso es por lo que se puede hablar de instante clave de la temporada, de punto de inflexión. De ganar mañana los azules encadenarán doce partidos sin perder, algo que no les sucedía en Segunda desde la temporada 1974-75, con Vicente Miera de entrenador. El dato frío, en sí mismo, ya es muy llamativo, pero quizá lo sea más por lo que conlleva anímicamente, por lo que puede estimular al vestuario de cara a los próximos encuentros, con la vista puesta en la trascendental fase final de la Liga. Superar récords siempre da seguridad y un equipo con fe en sus posibilidades tiene mucho camino recorrido a la hora de intentar alcanzar un objetivo, en este caso, el de ser equipo de Primera División.
No lo va a tener fácil el Oviedo. El Elche es otro "clásico" del fútbol español, que precisamente se encuentra en la misma situación que el Oviedo en 2002, ya que bajó el año pasado (por problemas de despachos, que no de resultados) y su afición tenía muchas esperanzas de recuperar en éste su puesto en Primera.
