Tras todo lo sucedido esta semana -la derrota en el Tartiere ante el Valladolid, la posterior marcha de Sergio Egea y la búsqueda de un nuevo entrenador-, el protagonismo en el Oviedo les corresponde hoy, de forma casi exclusiva, a los jugadores. Es la hora de la plantilla. Si los futbolistas azules ganan al Alcorcón habrán superado el examen al que ellos mismos se convocaron al criticar la forma de actuar del anterior técnico; de no hacerlo, la tensión en el seno del club irá a más a sólo doce partidos del final de la Liga, un escenario inimaginable hace sólo dos semanas. Así es el fútbol.

Pero lo cierto es que la situación deportiva del Oviedo, a pesar de las dos últimas derrotas, no ha cambiado mucho. Los resultados de los otros aspirantes han jugado a favor del equipo azul, que sigue a sólo tres puntos del ascenso directo aunque, eso sí, la clasificación se ha apretado mucho y las diferencias en la parte alta de la tabla se han reducido.

Que la afición siga ilusionada y confiada en el ascenso a Primera a pesar de los últimos contratiempos dependerá en gran medida de lo que hagan hoy los jugadores oviedistas en el Municipal de Santo Domingo. En este caso, quién se siente en el banquillo es un asunto menor. Las miradas de los seguidores oviedistas no van a estar centradas en Generelo, sino en los jugadores y, sobre todo, en su actitud; en cómo responden en el terreno de juego después de que quienes rigen los destinos del club les responsabilizaran, en gran medida, de la dimisión de Egea.

Así y todo, pase lo que pase hoy en Alcorcón, el Oviedo continuará siendo uno de los equipos favoritos para subir. Plantilla para conseguirlo la tiene. Eso sí, lo que es indispensable ahora es encontrar un clima favorable, armónico, acabar con las tiranteces. Y para ello es fundamental el papel de los rectores de la sociedad. Si ellos transmiten tranquilidad se habrá dado un gran paso a favor de la distensión. Los aficionados creen en el proyecto de Carso y los últimos acontecimientos no lo van a poner en entredicho. Y más aún cuando el grupo mexicano está dispuesto a apostar por un nuevo entrenador del prestigio y la trayectoria del portugués Paulo Bento.