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Creador del fútbol moderno

Nunca entendí lo del odio eterno al fútbol moderno. Quizá sí en cuanto al escaso apego al club de los jugadores, pero nada más. El fútbol actual es sin duda mucho mejor que el de cualquier época anterior. Todos los jugadores son técnicamente mucho mejores, el juego es mucho más rápido y, para los que añoran el fútbol de cinco delanteros, hay que recordarles que los récords de goles individuales y colectivos son de esta década.

Pues bien, el fútbol moderno es, entre otros, o quizá sobre todo, obra de Johan Cruyff. Él fue uno de los cuatro grandes de la historia del fútbol, pero es el único que ha marcado una impronta y ha dejado una identidad propia. Un estilo.

Primero como jugador. La estrella del fútbol total del Ajax y la Holanda de los 70. Curioso eso de la estrella individual en un equipo que se caracterizaba por el juego colectivo. Cualquiera podía jugar en cualquier puesto, pero nadie era Cruyff. Su porte, su elegancia en el campo, su visión de juego y, sobre todo, su explosivo cambio de ritmo eran inigualables.

Llegó a Barcelona y allí, en el Barça, ganó una Liga mítica después de mucha sequía. Pero pocos más títulos en todos sus años de jugador blaugrana. Pero su aura estaba por encima de todo.

Y colgó las botas siendo reconocido como uno de los grandes de la historia. Pero la diferencia con ellos y su marca en la Historia, con mayúsculas, del fútbol mundial empezó ahí, como entrenador del Barcelona. Cambió el planteamiento, la forma de jugar y, sobre todo, la mentalidad. Había que tener el balón y atacar constantemente. No valía replegarse. Se jugaba con tres defensas. En los entrenamientos, si marcabas gol y uno de tus compañeros estaba en campo propio, el gol no valía. Y eso era tanto en el primer equipo como en todas las categorías inferiores. El cambio fue radical. Y eso supuso que un equipo que ganaba una Liga cada 17 años pasase a ganar 4 seguidas e, incluso, la tan ansiada Copa de Europa. El cambio de mentalidad fue tal y caló de tal manera que la senda de los éxitos estaba marcada y gracias a unos buenos continuadores el Barça tiene un estilo y un modelo de juego que le ha hecho levantar multitud de títulos en este siglo XXI. Espero que los jóvenes culés sepan que el Barça exitoso no lo es desde siempre y que, sin duda, se lo deben a él.

Y de esa mentalidad, afortunadamente, ha bebido todo el fútbol español, en especial la selección, que no ha parado de darnos alegrías desde que tenemos ese modelo de juego de posesión y presión constante.

Gracias, Johan Cruyff. Descanse en paz.

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