Partido con muchos alicientes el de esta jornada en el Carlos Tartiere, sobre todo para los locales con la celebración de su 90.º aniversario. Además, los puntos en juego serán de oro para ambos equipos, unos por mantener la ilusión que supone luchar por el ascenso, para los otros por sacar la cabeza de la zona de peligro.

Podríamos decir que los objetivos a principio de campeonato eran muy dispares a lo que ahora refleja la clasificación. La Ponferradina partía como un equipo asentado en la categoría, saneado, con un trabajo serio y reconocido en el club, y una dirección deportiva que año tras año ha ido consolidando al equipo haciéndose hueco entre los que suenan como favoritos para dar el salto a primera.

Inicia bien la liga, con un conjunto compensado en sus líneas y mostrándose muy regular; pero a partir del mes de diciembre comienza lo que a priori es una mala racha de resultados que al ir prolongándose les ha hecho rozar la parte más baja de la tabla. En los tres últimos partidos han cogido un poco de aire, pero no podrán descuidarse porque aún queda recorrido.

Su rendimiento en la primera vuelta era mejor en casa que fuera, pero su bajón en su propio campo es lo que les ha relegado a la zona media-baja.

Para este partido, además de las bajas que ya tenían del portero Santamaría y del extremo Pablo Infante, se les ha unido la del central Miquel, sancionado, y la del mediapunta Aguza, lesionado el pasado domingo y que estaba siendo un jugador determinante en el esquema del equipo en esta segunda vuelta. Su lugar podría ser ocupado por el delantero Jebor, que ya lo hizo en el último partido marcando el gol del triunfo, lo que cambiaría su dibujo táctico habitual.

Una de las variaciones más destacadas en las últimas jornadas ha sido la participación del central Alán Baró como medio centro, con un carácter evidentemente de corte defensivo, lo que por un lado les ha hecho perder un poco su capacidad para crear juego, pero han ganado potencial en esa zona, mostrándose menos vulnerables en defensa.

No es habitual que utilicen un juego combinativo, normalmente optan por desplazamientos largos sobre la zona de delanteros buscando ganar las segundas jugadas y rápidamente encarar la portería. Tienen jugadores de mucha calidad de medio campo hacia arriba y es en esa segunda línea que juega tras el punta donde radica su mayor potencial ofensivo, con extremos hábiles y desequilibrantes. En el centro si entra Jebor cambiarán calidad por potencia.

En defensa suelen juntar mucho las líneas para desde ahí iniciar la presión tratando de ahogar al rival en una de las bandas, robar y salir al contragolpe.

En la portería Dinu Moldován ha jugado siempre desde la lesión de Santamaría. Sus laterales, Seoane por la derecha y Casado por la izquierda son muy sobrios y con bastante recorrido. En el centro de la defensa han variado jugadores durante todo el campeonato y ahora parecen haberse asentado tanto Raillo (cedido por el Español) como Miquel, que mañana será sustituido probablemente por Lolo Pavón. El centro del campo también ha sufrido variaciones constantes y les ha costado dar continuidad a una pareja, en estos momentos el mencionado Alan Baró y Basha son los habituales. Otra posibilidad es que Baró vuelva al centro de la defensa y entre Jonathan en el medio. Acorán como extremo derecho es un fijo y en la izquierda Álvaro Antón está teniendo más minutos y por cierto tiene un guante en su pierna derecha cuando saca faltas o saques de esquina, especialmente a pie cambiado. En el centro del ataque Berrocal, que antes solía acompañar a Yuri, es la referencia, y a su lado podrá estar el internacional liberiano Jebor o en su defecto optar por mantener el sistema y dar entrada a Melero o David Caiado.

Hay que destacar también su poderío en estrategias con especial atención a Raillo, Pavón o Berrocal que van muy bien de cabeza.