La jornada liguera de este fin de semana es un estorbo en el camino para los seis equipos españoles metidos todavía en competición europea. Entre las llamadas a la remontada, caso del Real Madrid, o las llamadas a la defensa de la corta ventaja, caso del Barcelona, los matices de cada equipo son distintos. Hasta el Villarreal del gran Marcelino ha de estar pendiente de aguantar la escasa ventaja lograda en el marcador en la ida, que no es el juego, de la competición europea. Los seis dudan entre dedicarse a las rotaciones y guardar fuerzas para el siguiente compromiso o poner toda la carne en la plancha liguera.
El Sporting no espera a un rival europeo, sino a uno que quiere serlo, el Celta del Toto Berizzo. No hay sitio para las rotaciones en el duelo de la matinal de mañana en el Anfield del Piles. Las cuentas rojiblancas están bien echadas y no dejan lugar a las dudas: hay que ganar los partidos de casa, que son los que van a dar la permanencia. Y el partido de casa se llama Celta, un equipo que juega muy bien y que suma puntos con facilidad. Un rival de peso a la altura del desafío.
El Sporting viene de ganar al Atlético de Madrid, otro llamado a la remontada, y de empatar en el campo del Levante. Cuatro puntos seguidos a los que habrá que añadir los tres de mañana. Los objetivos futbolísticos, damas y caballeros, señoras y señores diputados, se alcanzan desde el propio campo, con los puntos de casa. En casa se ganan las ligas, se pasan las eliminatorias europeas o coperas y se logran las permanencias, que en el caso rojiblanco significan ahora mismo más que un título de Liga.
No puede haber matices para no alcanzar la victoria ante un rival de enorme peso, el mismo o parecido que pueda tener el Sevilla, que también ha de pasar por Gijón. No puede haber matices porque ha sido el propio gran timonel el que ha marcado el camino: ganando los partidos de casa, la permanencia está lograda. Pues de eso se trata. Para ello sólo queda la duda de descubrir si va a apostar por los tres centrocampistas de la tarde feliz ante el Atlético o si va a dejar solos a Sergio y a Nacho Cases en la bien amplia zona central. Esa sí que es un decisión y no la de poner o no de lateral derecho a Danilo, la gran cuestión que parece afectar ahora al cuestionado Zidane.
El equipo rojiblanco, salvando todas las distancias salvables, no vive en los toboganes en los que lleva años metido el Real Madrid de Florentino Pérez, un riesgo para la sociedad, según dura afirmación de José María García, pero tiene matices en su comportamiento futbolístico que no conviene desdeñar. Este Sporting que pelea por la permanencia, que compite en cada partido, tal como prometió en su día el entrenador, ha de salir de los puestos de descenso con el fin de recuperar serenidad y esperanza y depender de sí mismo, que es un objetivo irrenunciable en los momentos delicados que vienen. No hay situación mejor que no depender de lo que hagan unos u otros. Y esa situación se alcanza ganando los partidos de casa, el de mañana para empezar. La jornada no es ningún estorbo para el Celta, visitante, ni para el Sporting. La jornada es una gran oportunidad para los rojiblancos, llamados a seguir la senda que les ha marcado su líder.
