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Fondo Norte

La calidad del rival y la maldición del viento

La única cuestión es que la victoria se quede en casa para que la chavalería vuelva a depender de sí misma

Escalofríos sentirían ayer al contemplar los espacios de pronóstico del tiempo los veteranos aficionados que recuerdan la maldición del clásico: el Sporting no gana nunca cuando sobre el Anfield del Piles sopla viento Sur. Pues según los pronosticadores más solventes, un fuerte viento procedente de ese punto cardinal va a saludar al mediodía de hoy a rojiblancos y celestes en un duelo crucial para los primeros. Los once que elija el gran timonel y los tres que salgan después están obligados a superar al Celta y la maldición que cae sobre el mundo rojiblanco. Los más finos analistas del lugar anuncian que el equipo de hoy será el mismo que el de Valencia, con la obligada ausencia de Lora por tarjetas, el regreso de ese gran hallazgo llamado Jorge Meré y el regreso de Vranjes a la banda derecha, donde se encontrará nada menos que con Nolito, ahora mismo uno de los mejores jugadores de la Liga, fijo en las listas de Del Bosque.

El estremecimiento que provoca el pronóstico meteorológico es mayor que la dificultad que anuncia el visitante, con ser grande ésta. Estremecimiento se siente también si volvemos a las cuentas del Gran Capitán: que si el empate vale si después se gana en Las Palmas, que si la igualada del Granada, que si el Rayo Vallecano o el Getafe. Naderías. La cuestión es que la victoria se quede en casa por encima de direcciones del viento y de calidad del rival. Ésa es la cuestión, damas y caballeros, señoras y señores diputados. Una victoria que sacaría después de semanas al equipo de los puestos de descenso y que provocaría que la chavalería de Abelardo comience a depender de ella misma y no de lo que hagan éstos o aquéllos. Una matinal sin disculpa.

Una matinal que rompe las muy sanas rutinas de las mañanas del domingo, pero que tiene que llevar al mundo rojiblanco a un almuerzo feliz. Ése es el camino que tiene que marcar el equipo, que no se arma alrededor de tres centrocampistas, la fórmula magistral de la feliz tarde del Atlético de Madrid, aunque, sí, ya se sabe, la remontada llegó con dos centrocampistas. A ver cómo salen hoy las cosas.

Ante partidos como el de hoy habrá que apuntarse a la "doctrina Zidane", que de esto tiene que saber un rato largo: al futbolista y al entrenador de verdad les gustan los momentos de dificultad. El Sporting está en un momento de dificultad, pero con el camino hacia el éxito bien abierto. El Real Madrid salvó los muebles del partido de ayer, "un partido de entreguerras", en feliz definición de un presentador televisivo, con un primer tiempo en el que pasó por encima de un blando Éibar, un equipo que llena de puntos la bolsa en los primeros meses de competición y que luego decae por más que Mendílibar grite a los suyos desde la banda. Zidane no engañó a nadie cuando dijo que la temporada se la juegan, él y el equipo, pasado mañana. Ocho titulares a la banqueta y oportunidad para los canteranos, Isco y James. Sale mejor parado éste que el malagueño, insípido siempre. El que no ha vuelto porque nunca se ha ido es Cristiano Ronaldo: un gol y dos asistencias, más la cesión de una falta para que James hiciera un gol salvador. El Madrid tiene su desafío; el del Sporting, ganar al Celta, llega este mediodía.

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