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Fondo Norte

Un partido para medir sensaciones

Los rojiblancos son inferiores a los azulgranas, pero no pueden sufrir la humillación del Deportivo

El Sporting visita hoy al líder, un Barcelona que ha dilapidado la enorme ventaja que tenía sobre los dos grandes de Madrid, pero que ha mostrado en Riazor que quiere volver por los caminos que ha recorrido a lo largo de la temporada, dejando a un lado las dos últimas semanas, en las que perdió más veces que en todos los meses anteriores. El Sporting cerró el miércoles con una enorme fiesta, la que se merecía la victoria sobre el Sevilla, pero los decibelios festivos bajaron bastante en la noche del jueves, cuando se conoció la goleada del Granada al Levante y la victoria del Getafe en San Sebastián. Habrá que ver si ambos resultados son el inicio de esos finales de Liga tan arrolladores a los que acostumbran los dos equipos. Remember la temporada pasada de los granadinos de José Ramón Sandoval y el ascenso de los azulones cuando tenían que ganar los diez últimos partidos, y los ganaron. Ojo, que los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz, en frase bíblica a la que hay que recurrir más de una y más de dos veces.

El Sporting viaja al campo del Barcelona, donde, por fin, van a homenajear a Quini, a quien el club olvidó en su día por desavenencias entre el símbolo del Sporting y el entonces presidente, Josep Lluís Núñez. Las tempestades del secuestro del futbolista fueron grandes. El partido para el Sporting es complicado hasta grado supremo, pero no tiene que ser despreciado en la lógica ambición de sumar los puntos precisos para lograr la permanencia, el gran objetivo rojiblanco. Nuestro pronosticador favorito da por seguras las victorias en el Anfield del Piles y califica de clave el partido de Getafe, donde el Sporting ha de ganar para sumar los nueve puntos necesarios, según él, para firmar una permanencia heroica. El pronosticador favorito recuerda que el Granada tiene que cerrar la Liga en Los Cármenes ante el Barcelona, que, de seguir así las cosas, tendrá que ir a ganar. No habrá paseo posible como los que se dio el Real Madrid dos años seguidos en El Molinón en los primeros setenta del pasado siglo, paseos que se olvidaron más pronto que tarde a cuenta de las expulsiones de Enzo Ferrero Águila y Juan Carlos Ablanedo (todos en pie).

El partido de hoy no es, pues, según los más finos analistas del lugar, el más importante de los que quedan hasta el final de la Liga. Pero es un partido de sensaciones, que diría el gran Miguel Induráin. El magno ciclista confesaba que se entrenaba y se desenvolvía en la carrera según las sensaciones que le ofrecía su cuerpo. El Sporting tiene que dejar sensaciones esta noche. Una humillación como la sufrida esta semana por el Deportivo en Riazor sería una decepción de enorme calibre para la chavalería abelardiana y para todo el mundo rojiblanco. Un punto sabría a gloria, y no hay calificativo para los tres, pero lo normal es la derrota, una derrota que ha de llegar después de un papel lleno de dignidad.

Las sensaciones de Miguel Induráin, las buenas sensaciones, son las que se esperan hoy del equipo rojiblanco, que después habrá de afrontar los tres partidos de su vida: Éibar, en casa; Getafe, en el Coliseum, y el Villarreal en El Molinón. A ver qué imagen da hoy el equipo.

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